El Bar Noray, abierto en 1960 y ubicado a la vera del restaurante Rififí, es, posiblemente, el bar más antiguo que permanece abierto en Portopí, así lo cuenta Federico de la Cámara, que lo regenta.
Federico empezó a trabajar en él en 1968 siendo un crío, tras un corto aprendizaje en los conocidos bares Cuba y Estadio. Su esposa, Francisca Moreno, gran cocinera, se incorporó años después, en 1981, tras casarse con él.
Cuando Federico llegó al Noray, el dueño tenía otro bar, el Sayonara, «en el que también trabajé –recuerda–, pues en 1981 lo alquilé a los dueños. Y como en 1990 les compré el traspaso del Noray, lo dejé para dedicarme exclusivamente a éste».
Han pasado muchos años, Federico y Francisca se jubilan y traspasan el bar. No será tarea fácil, porque las personas que se han interesado hasta ahora proyectan dedicar el local a otros usos. «Sería una pena –explica Federico–, porque el bar ha sido, desde siempre, un punto de encuentro. En la época de la discoteca Tagomago venían por aquí muchos chóferes de autocar que traían clientes para ver el espectáculo, particulares e incluso algunos artistas que actuaban. También lo hacían muchos turistas, la mayoría escandinavos, que se solían hospedar en los hoteles de los alrededores, como el Madrid, Porto Pi, San Carlos y el Reina Constanza, ya desaparecidos, Horizonte y Majórica. Y es que aquí se sentían muy cómodos».