Jacob Barnes con 17 años medía 1,58 metros y tenía la apariencia de un niño de once años. Un tumor cerebral estaba interfiriendo en su crecimiento, lo que provocaba que su aspecto fuese diferente al de un joven de su edad.
Tras pasar cuatro años con tratamiento revolucionario, ahora, Barnes ha crecido 27 centímetros y mide 1,85 metros. Esto ha sido posible gracias un tratamiento poco invasivo que activa la hormona del crecimiento.
El joven acudió al médico cuando empezó a sufrir fuertes dolores en el cuello y le diagnosticaron un tumor cerebral de 3,4 centímetros. Barnes fue operado para extraerle el tumor y después le sometieron a tratamiento hormonal no invasivo que le ayudase a crecer.
El doctor Prevedello, del Ohio State University Wexner Medical Center, explicó a Fox News que la producción de hormonas del joven era menor que la media, lo que significaba que «su glándula tiroidea no trabajaba nada». Además, el especialista añadió que se trata de un caso muy extraño que sólo pasa una vez entre un millón de personas.
La madre de Barnes ha contado al medio norteamericano que no empezó a preocuparse por la altura de su hijo hasta que llegó a la universidad. «Era siempre más bajo que la mayoría de las chicas y en las fotografías de clase siempre estaba en la primera fila», ha afirmado.