El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, señaló que la mejor forma de combatir conductas agresivas como las ocurridas recientemente en Pozuelo de Alarcón es educando a los jóvenes a través de los padres en la cultura del rechazo al alcohol. «Los padres deben exigirles, no pedirles, que no participen en este tipo de eventos con independencia de que los amigos sí vayan, es una enorme responsabilidad de los padres», dijo.
Canalda subrayó que el fenómeno botellón es un hecho prohibido por la Ley de Drogodependencias salvo en casos excepcionales tales como fiestas patronales y no en todas las localidades.
Para el Defensor, el botellón surge a raíz de una «incorrecta cultura del ocio en los jóvenes». «Para divertirse no hace falta beber, hay que salir con los amigos, jugar un partido, hacer otras cosas: no hace falta beber y esto denota que los chavales no están educados», matizó.
En este sentido, afirmó que el problema radica en que «no existe la sensación de que el alcohol es una droga» y conminó a los padres a que se replantearan su propia visión de las bebidas alcohólicas.
«En España se empieza a beber muy joven, los niños coquetean con el alcohol a los 13 años de media y eso es algo muy duro; tenemos que conseguir que el chaval entienda que el alcohol es una droga y que para divertirse no hace falta botellón», concluyó.
Beber, mejor varias copas, en la calle, con amigos y por pocos euros. Luego continuar la marcha en la discoteca. Es el modelo de ocio que, cada fin de semana, acompaña las noches de miles de jóvenes y adolescentes. La mitad de los menores llega a casa después de las dos de la madrugada y uno de cada diez, a la mañana siguiente», señaló Ignacio Calderón, director general de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD).La ley prohíbe el consumo de alcohol a menores -pero se inician a los 13 años y el 88% lo ha probado antes de llegar a los 18, recuerda Calderón.
Divertirse, estar con amigos y el ahorro son las razones que empujan a los jóvenes a este tipo de consumo, que practica el el 67% de los escolares de 14 a 18 años, según un estudio de la Facultad de Psicología de la Universidad de Valencia dirigido por la profesora María Teresa Cortés.
Hay consumidores «radicales», un 20% de los más de 4.000 entrevistados, cuyo objetivo es alcanzar la intoxicación etílica, y «medios», que suelen tomar, de promedio, cinco consumiciones. Se gastan unos seis euros, apunta este estudio.