Una de cada seis personas pasa hambre, es decir 1.020 millones de seres humanos en todo el mundo, la mayor cifra de la historia, según denunció ayer la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). El director de la FAO, Jacques Diouf, compareció ayer en conferencia de prensa junto a la directora del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Josette Sheeran, para presentar los resultados de la crisis económica global y los altos precios de los alimentos sobre el problema del hambre en el mundo.
Los datos publicados ayer indican que no sólo ha aumentado constantemente el número absoluto de personas hambrientas en el mundo, sino que desde hace tres años ha aumentado el porcentaje de la población mundial que pasa hambre. Según afirmó Diouf, gracias a la «peligrosa mezcla de crisis económica y altos precios de los alimentos» el año pasado 100 millones de personas entraron en la categoría de hambrientos, lo que supuso «un incremento del 11 por ciento».
Crisis financiera
Entre los fenómenos que han provocado la situación están «la crisis financiera, la caída del comercio global y las presiones presupuestarias de muchos países». Diouf aseguró que el año pasado creció el número de hambrientos «en todas las regiones del mundo», incluido el grupo de los países desarrollados donde el incremento, del 15'4 por ciento, fue el mayor del planeta.
El director de la FAO afirmó que los datos publicados ayer dan muestras de «la fragilidad y vulnerabilidad del sistema alimentario mundial», que ha llegado a una situación «más allá de las proporciones humanitarias». Por eso, Diouf diagnosticó que es necesario crear «un nuevo orden alimentario mundial» y puso su esperanza en una conferencia mundial sobre alimentos que se desarrollará en noviembre de este año.
Este es «un problema político», según Diouf, ya que en 2050 habrá que «alimentar a la población mundial», que habrá crecido hasta los «9.200 millones de personas». Tanto Diouf, como Sheeran y el representante del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), Matthew Wyatt, se mostraron de acuerdo en que la crisis alimentaria no se debe «a una falta de conocimientos».