EFE-GINEBRA
Sólo un 31 por ciento de los cerca de diez millones de personas infectadas con el sida que no pueden costearse el tratamiento con antirretrovirales tienen acceso gratis a éstos, según un estudio global publicado ayer por tres agencias de la ONU.
En su informe, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y ONUSIDA destacaron que a finales de 2007 cerca de tres millones de enfermos de sida, en los países de ingresos bajos e intermedios, recibían terapias contra la infección a través de los sistemas de salud.
«Es un logro notable para la salud pública», destacó la directora general de la OMS, Margaret Chan, en rueda de prensa. Pero reconoció que, a pesar de que en 2007 los tratamientos se ampliaron a cerca de un millón de personas más respecto a 2006, «todavía queda mucho por hacer».
Y es que sólo el año pasado, 2,5 millones de personas más se sumaron a las filas de los infectados por el virus VIH causante del sida. «Todavía estamos corriendo detrás de esta epidemia devastadora y que no perdona», subrayó.
El estudio, titulado Hacia el acceso universal, constata que unos 6,7 millones de personas en el mundo en desarrollo todavía no pueden recibir los medicamentos que podrían salvar sus vidas. Las razones apuntadas por Chan van desde las insuficientes infraestructuras de salud en esos países, hasta el diagnóstico tardío de la presencia del virus.
A ello une que un 80 por ciento de los infectados por el virus desconocen que lo están, y ello ocurre especialmente en los países más afectados por la epidemia. De los tres millones de personas que el año pasado pudieron acceder al tratamiento de forma gratuita, tres cuartas partes vivían en el Àfrica subsahariana, donde la epidemia es desproporcionadamente severa. Según el informe, uno de los factores que permitieron aumentar la cobertura con terapias en 2007 fue que los precios de los medicamentos en los países pobres descendieron entre un 30 y un 64 por ciento entre 2004 y 2007.
Chan, sin embargo, y a preguntas de los periodistas, dijo que la OMS, como organización formada por los Estados, debe trabajar con todas las partes para buscar un equilibrio entre la necesidad de atender a millones de enfermos sin medios y las patentes de las farmacéuticas. «Para lograr buenas intervenciones, sean vacunas, tratamientos o diagnósticos, se necesita innovación y es importante que las industrias tengan incentivos para ello», señaló.
«Pero dicho esto, dado que enfermedades como el sida, la tuberculosis o la malaria afectan de forma desproporcionada a los más pobres, ésta es una buena razón para hacer todo lo posible para darles acceso a terapias», agregó Chan.