El papa Juan Pablo II hizo ayer un llamamiento a la cordura en Nigeria, donde en los últimos días han muerto centenares de personas en enfrentamientos, «injustificados», entre cristianos y musulmanes y pidió a Dios que ayude a todos a encontrar el camino de la hermandad.
El llamamiento lo hizo en la plaza de San Pedro del Vaticano, durante la audiencia general de los miércoles, a la que asistieron 22.000 personas procedentes de todo el mundo, entre ellas varios miles de españoles y latinoamericanos. El Papa dijo: «estamos ante otros episodios de feroz violencia, que se unen a la trágica situación mundial de estos días». El Obispo de Roma expresó su solidaridad con los familiares de las víctimas y advirtió que quienes han provocado estos enfrentamientos «injustificados» son responsables ante Dios.
El Pontífice siempre ha dicho -y lo ha reiterado numerosas veces en las últimas semanas- que la religión jamás puede ser un pretexto para el conflicto. Juan Pablo II pidió a Dios que ayude a todos a encontrar el camino de la fraternidad. La catequesis de la audiencia de hoy la dedicó al Salmo 47 «Acción de gracias por la salvación del pueblo», que es un canto en honor de la ciudad de Sión y que los cristianos aplican a Jerusalén y en el que se resalta el triunfo del Señor sobre los poderosos de la tierra. El Papa dijo que Dios triunfa sobre las potencias hostiles, aún cuando ésta parecen grandiosas e invencibles y que el salmo resalta como la arrogancia se transforma en fragilidad y debilidad.