Nueva Zelanda y la pequeña República de Nauru, en el Pacífico, ofrecieron a Australia una salida al conflicto internacional en el que se encuentra el país, por la negativa al desembarco en su territorio de los cientos de clandestinos rescatados por el buque mercante noruego ´Tampa´. El primer ministro australiano, John Howard, afirmó ayer que esta salida implicará la separación de los clandestinos en dos grupos: uno de 150 personas, principalmente mujeres y niños, que serán acogidos en Nueva Zelanda, mientras que los demás se dirigirán a la Isla de Nauru.
La Alta Comisaría de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) pidió ayer más detalles sobre el plan anunciado por Australia para solucionar la crisis y defendió que el arreglo «más lógico y humano» pasa por la propuesta que formuló esta agencia. ACNUR pidió mayores detalles sobre el principio de acuerdo en una reunión celebrada ayer en su sede de Ginebra entre representantes de la organización, Australia, Noruega, Indonesia y Nueva Zelanda.
ACNUR «aún cree» que la solución en tres fases que formuló el viernes para desbloquear la situación es la más adecuada para lograr un rápida salida al futuro de los más de 450 inmigrantes que desde el domingo pasado permanecen en el buque noruego frente a las costas de la isla australiana de Christmas. El plan en tres fases formulado por ACNUR estipula el desembarco de los inmigrantes en la isla de Christmas y prevé determinar quiénes son refugiados políticos y quiénes inmigrantes económicos, antes de decidir su posterior traslado a terceros países.