Las negociaciones de Bonn sobre el calentamiento del planeta se aceleraron ayer, gracias a la actitud positiva de los ministros de Medio Ambiente y a su voluntad de llegar a un compromiso sobre el problema.
«El proceso se acelera porque se acerca el momento de la verdad», afirmó el secretario de Estado belga para la Energía, Olivier Deleuze, en representación de la Presidencia de la Unión Europea, mientras que el ministro sudafricano de Medio Ambiente, M.V. Moosa, aseguró que «existen todos los motivos para pensar que se va a llegar a un acuerdo».
El ministro neerlandés de Medio Ambiente, que preside las negociaciones, anunció que habrá un proyecto de compromiso global al final de la sesión de ayer, mientras que su homólogo francés, Yves Cochet, afirmó que un acuerdo en Bonn sería una señal de «globalización positiva» para la cumbre de Génova, en la que se reúnen los líderes de los ochos Estados más poderosos.
Las negociaciones sobre el clima, en curso desde hace tres años, se centran en un acuerdo complementario al Protocolo de Kioto, de 1997, que impone la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero a los países industrializados. La definición de las reglas de aplicación de este acuerdo internacional se ha vuelto más difícil desde que Estados Unidos, primer país contaminante, anunció el pasado marzo que no tenía intención de ratificar el protocolo.