El Tribunal Supremo de Francia mantuvo ayer que un niño nacido con malformaciones no detectadas en el embarazo a causa de fallos médicos tiene derecho a una indemnización, con lo que confirmó su polémica jurisprudencia del «derecho a no nacer».
La máxima autoridad jurídica del país precisó, sin embargo, en una nueva decisión sobre tres casos en litigio que el niño sólo puede ser indemnizado si se demuestra de forma concluyente que los errores de los médicos privaron a la madre de la posibilidad de decidir la interrupción voluntaria del embarazo.