La ministra de Educación, Cultura y Deporte, Pilar del Castillo, reconoció ayer que la medida que estudia su departamento para implantar una prueba «de conocimientos globales» al final del bachillerato causaría «controversia» entre los alumnos, aunque aseguró que el profesorado sí «lo entendería».
Pilar del Castillo, que hizo estas manifestaciones al término del acto de toma de posesión del nuevo director de la Biblioteca Nacional, Luis Racionero, señaló que se trata de una propuesta que «es bastante razonable» y que iría en consonancia con los sistemas educativos de la Unión Europea, donde «todos los países tienen una o varias pruebas».
La ministra, aunque señaló que es una cuestión que aún se está estudiando, sí dejó claro que la hipótesis con la que su departamento está trabajando es la de una prueba «sencilla» al final del bachillerato y no una doble que también se realice al término de la ESO (Enseñanza Secundaria Obligatoria), como se ha apuntado desde algunos medios de comunicación.
Del Castillo reiteró que la Ley de Calidad de la Enseñanza, en la que aparecería esta medida, se retrasará hasta otoño ya que «ni siquiera está formulada como proyecto de Ley». La ministra de Educación y Ciencia explicó que «ahora estamos dedicados fundamentalmente al proyecto de Ley de Universidades y al de Formación Profesional», para que sea aprobado en antes de que finalice el semestre.