Los trabajadores inmigrantes asentados en El Ejido (Almería) regresaron ayer a su labor en los invernaderos, tras la huelga que comenzaron el pasado martes en protesta por los incidentes racistas registrados en la localidad, que vivió la jornada con tranquilidad y sin incidentes. Según fuentes de la Mesa de Comercialización Hortofrutícola de Almería, los inmigrantes condicionaron la suspensión de la huelga en el campo, ante empresarios y sindicatos, al cumplimiento en un plazo de doce días de una serie de requisitos, entre ellos el resarcimiento por los daños ocasionados al colectivo, la legalización de los indocumentados y la habilitación de albergues.
Anoche estaba prevista la llegada a El Ejido de varios camiones de Cruz Roja para instalar cuatro campamentos en los que albergar de forma provisional a unos 500 inmigrantes que quedaron sin vivienda tras los disturbios.
Se trata de cuatro carpas dotadas de espacios comunes con capacidad para albergar a 125 personas cada una de ellas, distribuidas en 25 tiendas de dos por seis metros para cinco personas. Fuentes municipales señalaron que el Ayuntamiento no ha alcanzado ningún compromiso en lo que se refiere a la restauración de la Mezquita del pueblo, arrasada en los disturbios, ni en torno a un supuesto acto público de desagravio ante el colectivo inmigrante por los sucesos de la pasada semana, dos de las condiciones impuestas por los magrebíes para el fin de la huelga.