La «dama de hierro» Margaret Thatcher se dio a la bebida al abandonar el cargo de primera ministra británica, pérdida que le creó un enorme vacío, según el ex diputado conservador George Walden.
En sus memorias, Walden declaró que Thatcher se derrumbó
moralmente al perder en 1990 la jefatura del Partido
Conservador.
Walden, ex secretario de Estado y diputado entre 1983 y 1997,
subrayó que «daba pena» ver a Thatcher, visiblemente «incapaz de
aceptar la pérdida del poder». «A primera vista, daba la impresión
de que se encontraba bien, pero cuando uno la observaba
detenidamente, tenía en la comisura de los labios una expresión de
vana determinación y su mirada estaba perdida en el vacío...»,
manifestó. «Cuando estaba en activo, tomaba uno o dos wiskhies con
soda por la noche, pero después de abandonar el cargo llegaba ya
demasiado cargada antes de empezar a cenar», puntualizó.