La marca Dacia nació en Rumanía en 1966 con el objetivo de fabricar vehículos accesibles para la población del país. Durante décadas fue sinónimo de sencillez y funcionalidad, pero su transformación real comenzó en 1999, cuando fue adquirida por el grupo Renault. Desde entonces, Dacia ha vivido una evolución continua que la ha llevado a modernizar sus productos sin perder su enfoque práctico.
En los últimos años, el cambio ha sido especialmente evidente: rediseño de su logotipo, un lenguaje visual más robusto y una gama de modelos más completa que nunca. En este contexto nace el Dacia Bigster, un SUV de tamaño medio que se sitúa por encima del conocido Duster y que representa el paso más ambicioso de la firma rumana hasta la fecha.
El Bigster ha llegado en 2024 con una imagen poderosa y un planteamiento práctico que lo convierten en una opción muy interesante para familias. En esta prueba nos centramos en la versión Hybrid 155, a la espera de una versión totalmente eléctrica. El Bigster híbrido combina el diseño y la amplitud de un SUV mediano con un sistema de propulsión eficiente y contrastado.
Estéticamente, el Bigster marca un antes y un después en Dacia. A pesar de su posicionamiento como marca racional, el diseño exterior transmite fuerza y personalidad. La parte delantera es alta y contundente, con una parrilla vertical y unas ópticas LED con firma luminosa en forma de Y.
Los pasos de rueda están bien definidos y el perfil lateral remarca una silueta robusta, casi cuadrada, que transmite sensación de solidez. Todo el conjunto refleja una evolución clara hacia un diseño más maduro y moderno, sin perder el enfoque aventurero.
La versión que hemos conducido equipa el sistema híbrido de 155 CV ya conocido en otros modelos del grupo Renault, como el Arkana o el Captur. Se compone de un motor de gasolina de 1.6 litros atmosférico de 109 CV, de un motor eléctrico de 49 CV, una batería de 1,4 kWh y una innovadora caja de cambios automática multimodo sin embrague.
Este tipo de cambio permite una conducción suave, sin tirones, y con buena parte del tiempo en modo eléctrico, sobre todo en ciudad. El consumo medio homologado es de 4,6 l/100 km, cifra muy ajustada para un SUV de este tamaño, que nosotros sólo hemos subido hasta los 5 litros a los 100 Km. Las prestaciones, por su parte, son más que suficientes: acelera de 0 a 100 km/h en 9,7 segundos y alcanza los 180 km/h.
El comportamiento dinámico del Bigster es tranquilo pero equilibrado. No está pensado para ofrecer una conducción deportiva, pero su confort de marcha es destacable. La suspensión absorbe bien las irregularidades del asfalto y transmite una sensación general de solidez. En carretera se muestra estable y seguro, y en ciudad se defiende con una dirección bien asistida que facilita las maniobras. Todo en él invita a una conducción relajada y eficiente.
El habitáculo ha sido diseñado con sentido práctico y muy apto para viajar con equipaje. El salpicadero ofrece un diseño sencillo pero moderno, con una pantalla central táctil bien integrada y mandos físicos para las funciones más importantes. El sistema multimedia es compatible con Android Auto y Apple CarPlay inalámbricos, y funciona con rapidez. Los materiales empleados son en su mayoría plásticos duros, especialmente en las zonas bajas, aunque el montaje general es sólido y la estética se beneficia de detalles en contraste. Lo único que se echa en falta, teniendo en cuenta el tamaño del vehículo, es una versión de siete plazas, algo que habría aumentado su polivalencia familiar.
El espacio interior es uno de sus puntos fuertes. En las plazas delanteras se viaja con comodidad y con buena visibilidad, y las traseras ofrecen mucho espacio para las piernas y la cabeza. Es un coche pensado para la familia, y eso se nota en la amplitud y en la practicidad de los huecos portaobjetos. La posición de conducción es alta, lo que facilita el acceso y mejora la percepción de seguridad.
El maletero, por su parte, ofrece una capacidad muy generosa. Con 550 litros de volumen, tiene formas regulares y un acceso cómodo gracias a un portón amplio. Abatiendo los respaldos traseros, el volumen supera los 1.600 litros, lo que lo convierte en un aliado ideal para vacaciones o desplazamientos largos con equipaje voluminoso. También cuenta con doble fondo, útil para guardar los cables del sistema híbrido o accesorios.
En cuanto al equipamiento, Dacia ha dado un salto importante sin perder su filosofía. De serie, este Bigster Hybrid 155 incluye elementos como climatización automática, navegador, sensores de aparcamiento, cámara trasera, cargador inalámbrico para smartphones, faros LED, control de crucero adaptativo y asistente de mantenimiento de carril. Todo ello sin necesidad de recurrir a largos catálogos de opciones, lo cual se agradece en un modelo familiar y práctico.
En definitiva, el Dacia Bigster Hybrid 155 es un buen representante de la evolución notable de la marca. Es un SUV amplio, cómodo, eficiente y con un diseño atractivo. Aunque mantiene algunos elementos simples en su interior, ofrece todo lo necesario para quien busca un coche práctico sin renunciar al confort ni a una estética cuidada. Su mayor hándicap, la falta de una opción de siete plazas, queda eclipsado por una relación calidad-precio que sigue siendo uno de los grandes valores de Dacia. Con este modelo, la firma demuestra que se puede ofrecer mucho coche por un precio razonable, sin artificios pero sin renuncias importantes.
Podéis encontrar y probar este modelo en Dibauto Plus, concesionario Renault situado en la calle Gremi de Sucrers i Candelers 6, en el Polígon de Son Castelló de Palma.