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Mercedes GLA 200 CDI

Sin duda se trata de uno de los vehículos más atractivos de su segmento. La gran parrilla delantera es uno de sus grandes argumentos.

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La marca alemana no deja de sorprender a sus potenciales clientes a través de nuevos modelos que se desmarcan bastante de los diseños clásicos de antaño. Quizá uno de los puntos de inflexión fue el nuevo clase A, que sirvió de base para este nuevo vehículo, el GLA, que destaca por su estética y por tener unos acabados excepcionales.

Este modelo se caracteriza por tener un frontal muy agresivo, que le confiere un atractivo que pocas marcas consiguen en sus automóviles. Los faros delanteros con iluminación diurna mediante leds y la gran parrilla delantera son dos elementos que ayudan mucho a esta imagen tan particular.

La parte posterior cuenta con unos faros tal vez más clásicos, pero no desmerecen el conjunto para nada. La doble salida de escape le acaba de conferir este carácter marcadamente deportivo, aunque sin perder este carácter SUV.

PROPULSOR
Si hablamos del propulsor, el que hemos probado es el 200 CDI, que cuenta con una cilindrada de 2.143 cc y 136 CV de potencia; no es una cifra explosiva, pero sí suficiente para conducir el vehículo de forma alegre.

El automóvil que hemos probado llevaba cambio automático de siete velocidades (7G-DCT), con levas en el volante. Si conducimos el GLA de forma manual o automática el comportamiento puede cambiar radicalmente. Al conducirlo de forma automática, si lo llevamos de forma «ECO», va cambiando las marchas al llegar prácticamente a las 2.000 vueltas, con lo que el consumo se reduce muchísimo con una conducción muy tranquila.

Si nos decidimos por la conducción manual, se pueden «exprimir» mucho más las marchas, con lo que el coche alemán se comporta de forma mucho más deportiva. Para adelantar es muy recomendable conducir el coche de forma manual.
El consumo cambia bastante de llevarlo de forma tranquila o más alegre, pero en ningún caso se dispara, lo cual no pasaba normalmente en los vehículos automáticos, que eran muy «tragones».

En cuanto al comportamiento, el automóvil germano se comporta de manera muy noble y traza las curvas de forma muy firme, dando la impresión de aplomo, aunque en algunos casos tienda un poco al balanceo lateral, sin que esto haga la impresión de poder perder el control.

INTERIOR
El interior del vehículo no es tan amplio como parece desde el exterior, aunque los pasajeros de las plazas posteriores tienen un espacio suficiente para las piernas y la altura es la adecuada para poder hacer muchos kilómetros sin ir incómodo.

Presiden este interior una gran calidad en los materiales y unos asientos de línea muy deportiva, que no separan los asientos en sí de los reposacabezas, lo cual acentúa este carácter deportivo del conjunto.

La consola central se caracteriza por contar con una pantalla en la parte superior, que sobresale del conjunto. Es una pena que no sea táctil, ya que el sistema de manejo es más complicado. El climatizador no es del todo práctico porque a veces es difícil encontrar el punto medio de climatización al no ser del todo automático. Los marcadores tienen la localización más o menos clásica, aunque el color gris plata de fondo, que contrasta con el rojo de las agujas, hace que el conjunto sea muy atractivo y deportivo, aderezado con una pantalla central en color de fácil lectura.

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