La comunidad educativa del IES Son Ferrer y todo el municipio de Calvià están de luto por el fallecimiento de Marta Otero Costa, quien nos dejó en la madrugada del 21 de junio tras una larga enfermedad. Marta fue mucho más que una profesora de Biología y Geología: fue una figura clave en la historia del centro, donde también ejerció como jefa de estudios y directora, dejando una impronta imborrable en generaciones de estudiantes y compañeros.
Quienes la conocieron destacan, por encima de todo, la calidad humana de Marta. Su amor por la enseñanza se traducía en una dedicación ejemplar hacia sus alumnos, a quienes no solo enseñaba ciencia, sino también valores. Era de ese tipo de profesoras que sabían que la clave para enseñar bien está en querer y entender a los jóvenes. Cercana, empática y comprometida, supo guiar a muchos en sus primeros pasos académicos y personales.
Sus compañeros de claustro la recuerdan como una profesional intachable, generosa, colaboradora y profundamente justa. Tenía una visión clara de la educación como motor de cambio y progreso, y lo demostró cada día con su trabajo y su liderazgo al frente del centro. Marta era una autoridad educativa no por imposición, sino por el respeto y cariño que despertaba en quienes la rodeaban.
También fuera del aula, Marta fue una mujer volcada en sus amistades y en su familia. Vivía para los suyos con la misma pasión con la que se entregaba a su vocación docente. Su fallecimiento deja un vacío imposible de llenar, pero también un legado de humanidad, entrega y profesionalidad que perdurará en el tiempo. Descanse en paz Marta, una gran profesional y, sobre todo, una gran persona.
Qué bonito legado ha dejado. Fui alumna suya hace 23 años y solo cerrando los ojos puedo verla dando la clase de biología con esa energía arrolladora, haciéndose y deshaciéndose el moño y moviendo las manos según explicaba. Una mujer todo terreno. Jamás te olvidaré. DEP