El alcalde de Inca, Virgilio Moreno, cumple este viernes diez años en el cargo. El 13 de junio de 2015 asumió la Alcaldía por los Socialistes d’Inca.
— ¿Cómo se encontró el Ajuntament en 2015?
— No me gusta hacer referencias al pasado, pero cuando nos encomendaron hacernos cargo del Ajuntament tenía claro que se debía poner orden en el consistorio y en la ciudad, tras dos legislaturas de dejadez. Los primero fue confeccionar un plan de saneamiento y de tesorería para hacer frente a los 14 millones de deuda y, una década después, el Ajuntament tiene 12 millones de liquidez en el banco.
— En los primeros meses pronunció muchas veces la palabra ‘transformación’...
— Sí. Una transformación encaminada a continuar construyendo una ciudad más justa, moderna e inclusiva para todos. Nos encontramos con una sociedad civil aletargada y el equipo de gobierno realizó un gran esfuerzo para animarla. Tengo que decir que, además de las nuevas infraestructuras, ha sido fundamental, en la transformación de Inca, la labor de la red de entidades sociales que, con su reactivación, han logrado que volvamos a ser una ciudad con corazón de pueblo. De ahí nuestro hashtag #orgullinquer.
— ¿Qué proyectos destacaría en estos diez años?
— Echando la vista atrás se puede comprobar la gran cantidad de iniciativas que se han llevado a cabo en esta década. Destacaría la mejora de los espacios públicos y las intervenciones en barrios para lograr un entorno urbano más amable; el impulso de la movilidad sostenible con el apeadero del tren Constància-Hospital, aparcamientos disuasorios y apertura de nuevas calles; la reapertura del Teatre Principal y el impulso a la cultura; mejoras en espacios deportivos como el Palau Municipal d’Esports; compromisos con los servicios sociales, la sanidad y la educación, con el nuevo CEIP Nuredduna o la ampliación del Hospital; una apuesta firme por la vivienda pública y asequible, además de apoyar la economía local y a las empresas inqueres, así como políticas ambientales pensadas para las futuras generaciones.
— Quedan dos años de mandato. ¿En qué aspectos se incidirá?
— La mejora en toda la infraestructura del ciclo del agua es una obsesión en este Ajuntament. Tenemos muy claro que la ciudad acogerá cada vez más gente y que los servicios públicos tienen que estar a la altura. En cuestiones hidráulicas estamos llevando a cabo numerosas acciones de importancia para mejorar las infraestructuras, de la misma forma que ocurre con el plan de residuos, que ha cambiado la forma en la que se gestionaban en la ciudad. En estos dos años que quedan de mandato podría enumerar proyectos que se harán realidad como la mejora urbana de la zona de los Molins, el plan de aparcamientos disuasorios, la ampliación del cementerio, el plan de asfaltado anual, la reforma de la piscina cubierta y también comenzará el plan de rehabilitación del casco antiguo que permitirá tener viviendas reformadas.
— ¿Cómo definiría las relaciones con Consell y Govern?
— Voy a ser claro: gobierne quien gobierne, tengo que reclamar lo que creo justo para una ciudad como Inca. En estos diez años hemos logrado inversiones que suman los 50 millones de euros por parte de Govern y Consell. Ahora, con el Consell hemos llegado a un acuerdo para crear la ronda urbana que aligerará todo el tráfico que va a Lluc y hemos solicitado un plan de inversiones deportivas porque damos muchos servicios deportivos a municipios cercanos y nos tenemos que encargar nosotros del mantenimiento. Al Govern reclamamos un nuevo colegio y un instituto y esperamos que el Consell desbloquee el Pla Façana d’Inca para poder ceder un solar a Educació para el nuevo CEIP Llevant.