Un día cualquiera puede transformarse en algo mucho más profundo cuando el aprendizaje va de la mano del compromiso y la inclusión. Así ha sido en el CEPA Llevant de Manacor, donde unos sesenta estudiantes de diversos cursos formativos participaron esta semana en una gincana educativa con una misión doble: cuidar del medio ambiente y sentirse parte de una comunidad.
Durante dos días, el centro organizó un recorrido por diferentes puntos de la ciudad donde los alumnos pusieron a prueba sus conocimientos sobre reciclaje, agua, comercio justo o cambio climático. Pero lo que realmente se puso en juego no fueron solo respuestas, sino valores. «Es importante que aprendan qué es la posidonia o qué contenedor usar, pero lo es aún más que se sientan parte de algo, que sepan que aquí cuentan», explica Antonio Morales, jefe de estudios del centro educativo.
La iniciativa pretende, tratando temas de interés general, ayudar a la inclusión de sus alumnos en la ciudad en la que viven. La gincana incluyó pruebas organizadas en colaboración con entidades locales, desde un pasapalabra sobre reciclaje dentro del propio centro, hasta charlas al aire libre sobre la importancia de la posidonia marina o el impacto del sistema puerta a puerta.
Este año el tema central ha sido el medio ambiente puesto que «es un tema actual sobre el que existe una problemática real y sobre el que cada persona puede aportar algo», matizó Morales. En el mismo sentido, el director del centro, Salvador Tárraga, aseguró que «el trabajo de los centros educativos es clave en esta materia pero necesita también de la implicación de las administraciones para que sea efectivo».
El CEPA Llevant ofrece una segunda oportunidad académica, pero su labor va mucho más allá, tiene también la intención de reducir barreras y aumentar vínculos. Y es que a veces un juego en equipo puede enseñar y unir más que muchas clases.