Este viernes comenzaron los trabajos de demolición de la nave que, en el pasado, fue un antiguo almacén de envasado de frutos secos conocido como Can Pachorra. Una vez que la excavadora abrió los primeros boquetes en la fachada del viejo edificio, cerrado desde hace décadas, quedó a la vista parte de la antigua maquinaria usada para procesar almendras, algarrobas y albaricoques deshidratados, que eran tres de los productos agrícolas con mayor demanda en Mallorca y, en el caso de los orejones, también muy apreciados para la exportación.
Demolición
La otra mitad de la nave albergó, durante una etapa más reciente, las instalaciones de un instituto de oftalmología que también cerró hace años para trasladarse a Palma. El edificio de Can Pachorra no tiene una singularidad arquitectónica que haya merecido su protección, por lo cual no figura entre los edificios catalogados de la ciudad.
Su demolición dejará un solar de grandes dimensiones que ocupa casi la totalidad de una manzana delineada por las calles Ramon Llull, Beata Sor Francinaina y la plaza presidida por el monumento a Antoni Fluxà, al final de la calle que baja de la estación del tren.
De momento no ha trascendido qué tipo de construcción sustituirá al viejo edificio de Can Pachorra. Fuentes municipales señalan que, por ahora, solo se ha presentado el proyecto de demolición de las antiguas naves, unos trabajos de gran envergadura que, este viernes, despertaban la curiosidad de los transeúntes y de algunos inquers de edad que recordaban los usos originarios de este edificio, o «lo habían oído contar».