La Unidad de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil en Baleares está llevando a cabo una investigación «exhaustiva» con el objetivo de determinar si hay una mano criminal tras los incendios de la Albufera. En los últimos tres meses han ardido más de 170 hectáreas de vegetación en el Parque Natural. Es el peor otoño que se recuerda desde que se declaró el Parc Natural hace ahora 30 años.
El Gobierno central garantiza que «con el propósito de determinar el origen y las causas, el Seprona está «coordinando esfuerzos e intercambiando información con otras administraciones». El expediente se encuentra en estos momentos en fase de investigación. Así se lo ha hecho saber el Gobierno central al diputado balear y exconseller de Medi Ambient, Vicenç Vidal (Més) que presentó una batería de preguntas al ejecutivo desde el Grupo Parlamentario Plurinacional Sumar, ante la sospecha de que los fuegos sean intencionados.
Matias Rebassa, director del Parc Natural de s’Albufera explica que, se dan coincidencias en los tres incendios declarados en los últimos meses. «Todos empezaron en la zona noroeste del parque en días de fuerte viento de Poniente», reflexiona.
Se trata de una de las áreas agrarias del parque natural, situada dentro del término municipal de sa Pobla. «No recuerdo nunca que haya habido incendios tan seguidos quemando una extensión tan grande de vegetación en s’Albufera, aunque es cierto que los fuegos en esa zona son recurrentes desde que se produjo la declaración del parque natural hace 30 años», añade el experto.
La mayor parte del hábitat afectado es carrizal, aunque también hay bosquetes de taraje y superficies más pequeñas de otro tipo de bosques. La orquídea del prado (flor endémica que crece en el espacio protegido) no se ha visto afectada en ninguno de los casos porque no crece en esa zona del parque natural. «Los cortafuegos y sobre todo la dotación de medios aéreos han sido claves en todos los casos, si no no los hubieramos apagado», reflexiona el director.
La fauna y la flora de las superficies quemadas tardará en sanar. «La estructura y funcionalidad de los carrizales normalmente se recupera por completo a partir del segundo o tercer año y eso implica también la recuperación de todas las especies que viven en ellos. Los bosques de tarajes requerirán un periodo aún más largo, que será de más de diez años seguro», concluye.
El último incendio se desató en la mañana del miércoles 16 de octubre y tardó más de dos días en ser extinguido. Quemó 109 hectáreas de cañizo. El fuego comenzó en el camino de Son Formari y obligó a cerrar la carretera de Es Murterar por el riesgo potencial sobre la población. Tres personas fueron desalojadas.
Era el tercer fuego que se desataba en el parque en solo dos semanas en la misma zona. En mayo ya había habido un conato. Desde un primer momento los agentes de la Guardia Civil colaboran con los expertos de la Conselleria de Medi Natural en la investigación.
El GOB ha pedido que se extreme la vigilancia en la periferia del parque natural y denuncia lo que considera como «una situación de impunidad que perpetúa el problema». Solicita además al Govern, que prohíba la caza en las zonas quemadas.
En su respuesta a las preguntas del diputado Vicenç Vidal, el Gobierno central garantiza que se pondrán todos los medios para «identificar al autor o autores de las hechos y ponerlos a disposición judicial en calidad de detenidos o investigados». El ejecutivo recuerda que hace unos años, tras una oleada de incendios ocurridos en Selva y Esporles, los investigadores detuvieron a los responsables que acabaron ingresando en prisión.