Serveis Ferroviaris de Mallorca tiene en proyecto la recuperación de todas las estaciones de tren de la Isla para destinarlas a usos ferroviarios. De este modo, muchos de los edificios que actualmente están cedidos a los ayuntamientos y albergan usos cívicos, culturales y sociales que se verán afectados.
El gerente de SFM, José Ramón Orta, señala que «actualmente estamos pagando una suma importante en alquiler de locales, cuando podemos ahorrarnos este coste recuperando el uso ferroviario de las estaciones situadas a lo largo de la línea». Especialmente, SFM quiere recuperar la estación del Pont d’Inca y el almacén contiguo, que ya utiliza, al tratarse de una de los edificios de mayor tamaño y más cercanos a Palma, donde están ubicados los prinicpales centros de control de la compañía.
Usos cívicos
Esta iniciativa afecta básicamente a las plantas superiores de las estaciones, ya que en la planta baja la mayoría de ellas tienen instalados los tornos y las máquinas expendedoras de billetes. Es el caso de la estación de Lloseta, cuyo primer piso está actualmente destinado a vivienda social de antiguos empleados del tren; y de la estación del Pont d’Inca, que alberga locales para las asociaciones del municipio. Otros edificios ferroviarios situados a lo largo de las tres líneas de tren de Mallorca están siendo usados como salas de ensayo para grupos musicales, escuelas de música u otras actividades culturales, fruto de convenios pasados entre sus respectivos ayuntamientos y SFM.
Recuperar el control de todos sus edificios es una prioridad para SFM, aunque algunos alcaldes consideran poco probable que se vayan a destinar tantos edificios a oficinas de SFM, «porque sería poco práctico». Sin embargo, la decisión es firme. «La finalidad para la que se construyeron las estaciones son los usos ferroviarios, aunque en el pasado se optara por cederlas» añade Orta, quien además ha puesto en marca un proyecto para la recuperación de todos los relojes que existían en las estaciones y sincronizarlos.