El tren hacia Inca ofreció un servicio fluido y eficaz para los miles de pasajeros que acudieron al esperado Dijous Bo. Desde primeras horas de la mañana, el flujo de personas fue constante, con un notable aumento de viajeros a media mañana que partían tanto desde Palma como desde Manacor y otras localidades intermedias como Sa Pobla, por ejemplo.
Hubo quienes llegaron temprano, como un grupo de visitantes de Palma que ya estaba en Inca antes de las 8 de la mañana, listos para disfrutar del evento. Durante la jornada, el servicio de tren registró pequeñas demoras hacia las 10:30 debido a la gran cantidad de usuarios que intentaban acceder a los vagones, lo cual provocó retrasos de unos minutos en algunas salidas.
Pese a los momentos de mayor demanda, la mayoría de los trenes pudieron circular sin complicaciones. Muchos pasajeros tuvieron que viajar de pie al no encontrar asiento, pero esto no afectó el ánimo de quienes optaron por el transporte público para evitar los problemas de tráfico y estacionamiento en la ciudad.
Por otro lado, el Ajuntament d'Inca había preparado estacionamientos disuasorios en los accesos al municipio para aquellos que optaran por llegar en coche, aunque estos se llenaron rápidamente. De hecho, la capital del Raiguer puso a disposición de los ciudadanos más aparcamientos que nunca, gracias al plan de estacionamientos disuasorios que se está realizando en las entradas al municipio. Hasta 44 aparcamientos municipales estuvieron a disposición de los que decidieron acudir al Dijous Bo envehículo privado.
A diferencia de la noche del Dimecres Bo, cuando la frecuencia de trenes se incrementó hasta la madrugada, este jueves el servicio mantuvo sus horarios habituales, con salidas cada diez minutos desde la estación de Palma.