La llegada de más de 100 personas en pateras este miércoles a las costas de Ses Salines y Santanyí ha encendido la mecha de un problema que se agrava desde hace ya meses. Las imágenes de migrantes llegando el pasado agosto a la playa de Cala Gran, en Santanyí, se ha convertido en una estampa habitual en los municipios del cono sur de la Isla: ses Salines, Campos y Santanyí, que este jueves se han plantado para exigir soluciones a la Delegación del Gobierno.
«La llegada de pateras al municipio era antes una cosa excepcional, intentábamos ayudar en lo que podíamos. Pero desde hace un tiempo se ha convertido en una cosa habitual», lamenta el alcalde de ses Salines, Juan Rodríguez, actuando de portavoz de los tres municipios del Migjorn afectados.
Rodríguez reconoce que hay una crisis humanitaria, por lo que reclama actuaciones por parte de los responsables del Gobierno central, que son los que en realidad tienen las competencias. «Llegan de cualquier manera, gente por las carreteras, por los caminos, los vecinos asustados llamando a los ayuntamientos. Es un auténtico desastre», asegura.
También la alcaldesa de Santanyí, Maria Pons, ha reclamado un «gran cambio en política migratoria» al recordar que en dos días han llegado más de 90 personas a la costa santanyinera. Pons ha publicado un post en sus redes sociales con algunas imágenes sobre ello.
El alcalde de ses Salines asegura que la situación que se da en los tres municipios está completamente desbordada. Agradece el trabajo de la Guardia Civil, aunque reconoce que la Benemérita también está saturada como lo están también los ayuntamientos. «Mientras, el delegado de Gobierno no sabemos ni si existe. No nos ha llamado ni nos ha dicho nada», lamenta.
«Comprendo que es un drama humanitario. Lo tengo muy claro. Y que las personas no pueden estar tiradas en medio del mar. Pero, por favor, que alguien actúe y nos digan qué pasa y qué van a hacer con este tema», reclama contundente al recordar que ses Salines, Santanyí y Campos «no pueden ser la entrada de más de 100 personas masiva de personas a Mallorca».
La llegada de pateras también comporta otro problema para los ayuntamientos que se ven obligados a retirar las embarcaciones y limpiar los restos de ropa, bengalas y plásticos que dejan los migrantes a su llegada. «No tenemos por qué pagar todo esto», afirma y recuerda también que las llegadas se producen en el Parque Nacional de Cabrera, donde allí no hay recursos.
Los alcaldes, todos el PP, también se preguntan a quién beneficia está situación. «Los alcaldes del sur queremos una explicación para saber dónde están hoy estas 400 personas que llegaron el miércoles y a partir de aquí que se pongan medidas. ¿A quién beneficia esto?». Cabe reseñar que sólo este miércoles llegaron a aguas de Baleares un total de 419 personas. Este jueves han sido interceptadas otras 41 Formentera y Cabrera.
Más duro ha sido el mensaje que ha lanzado la alcaldesa de Campos, Xisca Porquer, a través de sus redes sociales al calificar la situación de «inasumible». «Gente que huye de la guerra: todo hombres, bien vestidos y con móviles buenos haciendo una buena peineta a los que sabemos a qué vienen y lo que nos cuentan. Una cosa es ser solidarios y otra muy diferente es hacer de tontos».