El buen tiempo ha acompañado la Fira d’Algaida. Cientos de personas recorrieron las calles más céntricas de la localidad para visitar una de las ferias más tradicionales de la comarca en la que se prima la artesanía, el producto local y la buena gastronomía.
Hacia el mediodía, la plaza era un gran bullicio de personas que recorrían los diferentes stands en los que uno podría encontrar embutidos, quesos, artesanía hecha a mano, libros infantiles o dos puestos de buñuelos.
Tampoco faltó a la cita el Espai Jove donde se realizaron actividades para los más pequeños como el taller de dulces de otoño y otro para adultos sobre como elaborar ramos de flores otoñales. Muy concurridas también estaban las paradas de los alumnos del CEIP Pare Bartomeu Pou y la de crepes del IES Llucmajor, ambas para recolectar fondos para sus viajes de estudios.
Y, como no, otro de los puntos imprescindibles fue el aparcamiento de sa Serradora, donde a las 11:30 empezó la exhibición de los Cavallers de Sant Jordi, una actividad que hizo las delicias de los más pequeños.