La bodega José L. Ferrer reunió en sus viñedos de Binissalem a más de 500 invitados, entre proveedores, clientes, amistades y toda su plantilla de personal, para celebrar su tradicional cena de «fideus de vermar». Entre vides y parras, la familia Roses, propietarios de la bodega fundada en 1931, recibió a sus invitados para conmemorar la vendimia de manera anticipada a la Festa des Vermar que se celebrará en Binissalem a finales de septiembre.
El plato principal que se sirvió en la cena fueron unos exquisitos fideus de vermar que elaboró la cocinera de la bodega, Maria Beltrán, una receta tradicional de las labores de vendimia. Pero antes, el público disfrutó de un aperitivo integrado por productos de la tierra, como cocarrois y empanadas, cocas de verdura, quesos, la confitura de uva que elabora la propia bodega, y ya en la mesa, longanizas y botifarrones. El menú estuvo regado por los vinos de José L. Ferrer, que presentó el nuevo diseño de su línea Ddues, en la que se ensamblan una variedad de uvas autóctona de Mallorca y otra foránea. También se descorcharon los formatos magnum de sus vinos más conocidos, como Blanc de Blancs y el tradicional crianza.
Un año excepcional
José L. Roses, presidente de la bodega casi centenaria, destacó la buena marcha de las labores de vendimia este año y auguró que «si la climatología es propicia, como ha sido hasta ahora, será un año excepcional, con un cosecha entre un 20 o 25 por ciento menor, pero de una calidad altísima, pues no hemos tenido ningún tipo de plagas ni enfermedades típicas de la vid, y además las lluvias han sido beneficiosas». Roses destacó que las lluvias caídas el miércoles, con 46 litros en una hora y media, serán muy beneficiosas, pues «ayudarán a terminar de madurar a las variedades que aún no hemos vendimiado, como Mantonegro y Moll». El también presidente de la DO Binissalem estuvo acompañado por la nueva generación al frente de la bodega, María, Pepe y Óscar Roses, para festejar la vendimia junto a sus invitados.