Vecinos de las urbanizaciones situadas cerca de s'Oberta - la desembocadura del humedal de s'Albufera hacia el mar- han mostrado su desespero por los hedores que han invadido sus viviendas estos últimos días debido a un vertido de aguas residuales que se produce en las estaciones impulsoras.
La situación, que se produce cada vez que hay un episodio de lluvias abundantes, se agravó el miércoles y el jueves debido a las tormentas que cayeron sobre Platges de Muro durante el paso de la Dana por Mallorca. El gran caudal de aguas residuales que llegan a estas tuberías en plena temporada turística procedente de los núcleos turísticos de Platges de Muro y Can Picafort, sumado a las aguas pluviales, que no están canalizadas, provocó que las estaciones impulsoras no dieran abasto y las aguas sucias brotaran por las compuertas, inundando las calles y desprendiendo malos olores.
«Estamos hartos de sufrir esta situación desde hace 13 años, cuando construyeron estas bombas impulsoras dentro de la urbanización; los olores son insoportables, ha estado saliendo aguas fecales desde la tarde del miércoles y durante la mañana del jueves y no se ha visto a nadie venir a solucionarlo», explican indignados vecinos de la urbanización.
Se trata de una infraestructura de Abaqua, que depende de la Conselleria de la Mar i del Cicle de l'Aigua, y cuya función es impulsar las aguas residuales hasta la depuradora de Son Bosc, ubicada junto a s'Albufera. El problema se remonta más de una década atrás. «Se trata de un bombeo muy sensible porque está ubicado en una muy mala zona, una plaza rodeada de chalets», señala la Conselleria, que asegura que ha enviado personal a limpiar todos los bombeos.
Sin alcantarillado
El Ajuntament de Muro, aunque no tiene competencias en este asunto, señala que la zona afectada es una de las dos urbanizaciones de Playas de Muro que no han sido recepcionadas porque en su día, en los años 70 y 80, se construyeron sin tener alcantarillado. «Sin la dotación de servicios por parte del promotor, las viviendas están en un ‘limbo' legal que no nos permite actuar», apunta el alcalde, Miquel Porquer.