Cumplir cien años bien merece una celebración a la altura de un día irrepetible. Y así se lo hicieron sentir los vecinos de Bunyola a Toni Quetglas Cabot, que el pasado lunes se convirtió en uno más dentro de la larga lista -doce ya- de centenarios de la localidad de la Serra, que se echó a la calle para acompañar al homenajeado y sus más allegados en un reconocimiento popular y cargado de emociones y sentimientos ante la presencia de una persona que es testigo de la evolución de la población.
Toni Quetglas Cabot nació el 24 de junio de 1924 en el Carrer Major de Bunyola, y aunque por diferentes circunstancias vivió muchos años fuera del pueblo, regresó para vivir los últimos años antes de su jubilación y una vida tranquila, que le ha permitido llegar a sumar cien años de vida.
En la plaza del Bunyola se reunieron familiares, amigos de toda la vida y autoridades, con la corporación municipal en pleno, liderada por el alcalde, Joan Antoni Riera. Todos, para agasajar y felicitar a su ya centenario vecino, feliz y emocionado por este acto, al que llegó por su propio pie, al residir cerca del epicentro de la población, de la mano de sus familiares, que le arroparon en un día muy especial.
Quetglas, segundo de seis hermanos, trabajó como albañil, barbero, ayudando a su padre durante el servicio militar, y más adelante en un puesto en el mercado municipal, antes de jubilarse para vivir con tranquilidad en su pueblo natal. Sobre un escenario en la plaza, Toni se animó a recordar momentos de su vida, además de agradecer a todos la dedicación para dar forma a este reconocimiento.
El homenaje al centenario Toni Quetglas Cabot contó con la organización y el apoyo de entidades como el Ajuntament de Bunyola, el Patronat Local de la Vellesa, CaixaBank, la Parròquia de Sant Mateu, la Coral Polifònica, la Associació de Persones Majors, los Xeremiers Grallasac o la Escola de Ball de Bunyola. Todos aportaron su granito de arena para que el cien cumpleaños de este vecino tan respetado y querido fuera celebrado como se merece.