El 'boc' balear (cabra salvaje mallorquina) se ha convertido en el principal reclamo del expositor que el Consell ha instalado este fin de semana en la Feria Cinegética 2024 celebrada en el recinto ferial IFEMA de Madrid.
La institución insular ha querido destacar el boc balear «como una especie única en el mundo», según el conseller de Medi Ambient, Medi Rural i Esports, Pedro Bestard, quien también resalta que esta feria «tiene un carácter socioeconómico muy importante y, a la vez, es una manifestación de la identidad rural».
El stand se ha erigido en un punto de encuentro de una nutrida representación del sector cinegético mallorquín, con cazadores, técnicos, representantes de la Federació Balear de Caça, así como gestores de cotos de caza mayor.
Bestard ha asegurado, durante su visita a la feria, que «nuestro compromiso con el mundo rural y cinegético es evidente. El sector cinegético es un instrumento eficaz para el control de las poblaciones animales, la mejora de las economías del medio rural y la preservación de las especies en riesgo. El sector cinegético contribuye a generar actividad y empleo, además de ser una herramienta para la conservación de la biodiversidad».
En cuanto al boc balear, el conseller indica que «su figura causa fascinación en cazadores de todo el mundo. De hecho, vienen a Mallorca para cazarlo, por ejemplo, muchos americanos. El impacto económico que esto genera es espectacular. Se trata de personas de altísimo poder adquisitivo que dejan muchísimo dinero en nuestra isla». El stand del Consell «ofrece la oportunidad a los representantes de cotos de nuestra isla con certificado de caza mayor puedan promocionar de primera mano la experiencia que supone esta actividad en Mallorca».
El director insular de caza, Sebastià Perelló, detalla que la isla cuenta «con 13 fincas con certificado de calidad de caza mayor, con una extensión en conjunto de aproximadamente 10.000 hectáreas». Esta certificación «se concede después de realizar un control exhaustivo de la sobrepoblación de cabras asilvestradas y tras haberse estabilizado la población limitada de 'boc' balear, que se censa cada año y se expiden un número limitado de precintos para el abatimiento de los animales».