El revuelo se desató este viernes en Pollença tras la petición de la inmobiliaria Formentor —propietaria del hotel— de talar 200 pinos de la finca para crear una franja cortafuegos. El hecho es que la empresa entró esta petición al Ajuntament que derivó el asunto a la Conselleria de Medi Natural del Govern. Aunque la Conselleria asegura no tener competencias en el asunto por «ubicarse en suelo urbano», uno de sus técnicos emitió —a petición del Ajuntament— «un informe no vinculante en el que se aconseja cómo se deben talar los árboles en el caso de que se produzca dicha tala», aseguraron fuentes de Medi Natural.
La polémica estalló cuando diversos medios de comunicación autonómicos publicaron que el Govern había dado el visto bueno a esta operación, generado cierta alarma social por el posible impacto ambiental que tendría la actuación. La Conselleria, por su parte, desmiente haber autorizado la tala y recuerda que «no tenemos competencias, sino que es el Ajuntament quién se debe pronunciar».
El alcalde, Martí March, mostró su «sorpresa» al ver la noticia y declaró que desde el Ajuntament se está estudiando jurídicamente cuál es su competencia: «Nos ha asustado esta política que falta a la sensibilidad histórica y ambiental de la finca», explicó. Además, March apuntó que la intención del Ajuntament cuando emita un informe «es la de la protección ambiental».
La Inmobiliaria, por su parte, expresó este viernes que «el propósito de la tala es retirar los árboles afectados por la plaga forestal Tomicus sp y Orthotomicus sp, además de reducir la densidad arbórea y, por ende, el riesgo de incendio.