Durante los meses de noviembre y diciembre, ya medio olvidada la temporada turística, las elevadas temperaturas y la masificación que sufren enclaves como la costa de Calvià, son muchos los que disfrutan de las playas y del mar. En la playa de Torá es habitual ver a los surfistas desafiando las olas. Acuden desde otros municipios de Mallorca, se introducen mar adentro y vuelven al arenal sorteando las olas con destreza y en un equilibrio perfecto.
En la arena, mientras, una pareja alemana de enamorados se convierten en espectadores anónimos del grupo de surfistas. Cada año y desde hace una década, escogen Peguera y la tranquilidad de la playa Torá para disfrutar de sus vacaciones. Aquí se conocieron ajenos a la masificación estival y aquí se enamoraron. Convertidos ya en marido y mujer no escatiman elogios hacia la zona, que consideran un paraíso otoñal de Mallorca. En las inmediaciones, por el paseo que rodea el arenal familias, lugareños y algunos turistas disfrutan de la tranquilidad que se respira.