El nuevo Reglamento de la Pesca aprobado por Europa refuerza el control sobre el mar, unas medidas que han provocado críticas entre los pescadores profesionales de las flotas artesanales que ven como las nuevas medidas supondrán un «control casi absoluto sobre las actividades pesqueras».
Los pescadores recreativos no quedarán exentos de esta nueva normativa ya que todas las embarcaciones recreativas deberán figurar en un registro europeo, debiendo registrar obligatoriamente sus capturas de la forma electrónica que se habilite. Serán los estados miembros los encargados de verificar el cumplimiento del reglamento por parte de los pescadores recreativos así como fijar las sanciones apropiadas para cada caso. No hay que olvidar que Balears cuenta con una sector recreativo muy importante, con más de 20.000 embarcaciones.
En el caso de los pescadores profesionales, Europa incrementa los controles ya existentes como la geolocalización. Ahora Bruselas contempla también incluir en cada embarcación un Circuito Cerrado de TV, lo que significará tener una cámara dentro del barco que grabará todos los movimientos de la tripulación. «Esto excede aspectos de privacidad y profesionales que deberían ser respetados y que forman parte de la experiencia y saber hacer de las tripulaciones», señala el exsecretario de la Federació Balear de Confraries de Pescadores, Antoni Garau.
Es más, el experto añade que esto supondrá un control permanente como si fuéramos «sospechosos habituales». Garau explica que hay aspectos de control que son importantes y necesarios sin que estos deban afectar a la «honorabilidad» de los pescadores. Garau apuesta por puntos que reconoce el decreto europeo como son la geolocalización (ya existente) o la vigilancia de la trazabilidad desde que hay una captura hasta que llega al punto de venta del ciudadano.
Sobre las embarcaciones recreativas, el exsecretario de la Federació cree que debe haber un mayor control de la pesca recreativa ya que no existen datos oficiales por lo que en Balears se desconoce el número de capturas que realizan. «Se estima que los recreativos capturan unas 2.000 toneladas anuales, mientras que los profesionales representan unas 3.200 toneladas», ejemplifica. Los controles para conocer el destino final de estas capturas puede contribuir a conocer también el esfuerzo pesquero que hay en determinados puntos del mar balear.