Al menos una vez al año, el calendario agrícola marca la época para el esquilado de las ovejas, un ‘corte de pelo' necesario para evitar que el ganado se acalore y prevenir también algunas enfermedades. El núcleo de es Llombards conoce bien esta tradición y cada primer domingo de mayo celebra su Festa des Tondre.
Ayer, cientos de personas visitaron la pequeña localidad de Santanyí con la intención de presenciar la gran habilidad que tienen algunos ganaderos con las tijeras a la hora de recortar la lana. Y es que si bien en la actualidad la mayoría utiliza máquinas eléctricas, es Llombards sigue fiel a las tradiciones y ayer desde bien pronto los vecinos de la localidad ya preparan animales y tijeras.
Un pasacalles con los xeremiers dio el pistoletazo de salida a la fiesta que se inició con un desayuno en la plaza del Pou. A las diez empezó la tosa, un trabajo que requiere gran habilidad para no lastimar a la oveja. «Es una satisfacción poder volver a reunir los payeses des Llombards para una fiesta tan querida como esta», señalaba la alcaldesa de Santanyí, Maria Pons. Tampoco no faltaron a la cita los caballos y el espectáculo ecuestre que hizo las delicias de los más pequeños.