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«Desde 2007 no ha habido inversión pública en s'Arenal»

El presidente de la entidad vecinal expone la situación en que se encuentra s'Arenal de Llucmajor y reclama mejoras urgentes

Servera preside la asociación vecinal desde el año 2011. | Pere Bota

| Palma |

David Servera (s'Arenal, 1975) es el presidente de la Asociación de Vecinos Amics de s'Arenal desde el año 2011. Esta asociación se encarga de reivindicar la defensa de los intereses de los vecinos de este núcleo del municipio de Llucmajor. Es una zona que con el paso de los años está sufriendo una profunda degradación. Servera lamenta la situación y explica su posición.

Observamos que es una zona con fuertes índices de delincuencia. ¿A qué se deben estos altos niveles?
—S'Arenal siempre ha sido una zona conflictiva debido a que es una zona turística. A esto hay que añadirle el establecimiento de mafias procedentes de otros países, junto con gente procedente de barrios marginales de Palma.

¿Este hecho hace que la población local busque otros lugares de residencia?
—Sí, claramente. Hace unos quince años empezó un primer éxodo de vecinos hacia urbanizaciones también de Llucmajor como Bahía Grande y Azul, sa Torre, Las Palmeras, etc. Este hecho se ha acentuado hacia otras zonas en los últimos cinco años debido a la sensación de inseguridad en el barrio.

¿Las autoridades son conscientes de este hecho?
—Las autoridades minimizan este hecho, ya que se escusan en que hay pocas denuncias.

¿Por qué?
—Debido a la sucesión de hechos que no se entienden. Primero se retiró la casa cuartel de la Guardia Civil, después solo se podía denunciar los meses de julio y agosto y actualmente, hay que desplazarse hasta Llucmajor o a Palma. Este hecho reduce el número de duncias debido a las dificultades de acceso que tienen los ciudadanos.

¿Se hacen inversiones para mejorar la imagen de la zona?
—Muy pocas. Desde el año 2007 con el derribo del hostal Aragón no se ha concretado ninguna inversión pública, todo lo contrario, han desaparecido varias partidas económicas destinadas a s'Arenal.

Las obras de la plaza María Cristina han estado mucho tiempo paralizadas. ¿Qué motivo hay?
—El presupuesto para arreglar la plaza inicialmente era de unos 500.000 euros y la empresa concesionaria se encontró un cable de electricidad subterráneo que ocasionó un sobrecoste. A raíz de eso, la promotora y el ayuntamiento no llegaron a un acuerdo para costear este imprevisto. En su momento, el Ayuntamiento obtuvo un crédito para construir un párking en la plaza, después de muchas escusas, tuvieron que admitir que gastaron el dinero en otros asuntos. Se han reanudado porque esta semana ha salido una nueva licitación por un importe más elevado. Esperemos que no se vuelva a parar porque la gente está ilusionada en ver como una zona emblemática de s'Arenal deje de ser una foco de delincuencia. Hay que mencionar que, con la nueva reforma, muchos negocios saldrán perjudicados, puesto que han elevado un muro que dificulta su visibilidad.

La reforma de la plaza Mayor ha levantado polémica. ¿Por qué?
—Estas obras las ha hecho el Ayuntamiento aprovechando una subvención del Consell de Mallorca. Son unas obras que no son una petición vecinal, ya que supone eliminar muchas plazas de estacionamiento. La falta de aparcamientos es una problemática que viene arrastrando s'Arenal desde hace muchos años.

¿Considera que existe cercanía entre el Ayuntamiento y los vecinos de s'Arenal?
—Desde el inicio de la democracia, siempre ha habido en mayor o menor medida concejales que residían en s'Arenal. Desde hace ocho años, no hay ninguno. Este hecho provoca que las demandas y problemas del núcleo se observen más desde una oficina que no desde a pie de calle.

En los últimos años ha habido muchas quejas en relación a los viajes de estudios y los problemas que generan de ruidos y suciedad a los vecinos…
—Sí. Los estudiantes han provocado un aumento de la presencia de botellones en la zona, con el consentimiento de las agencias que los organizan, provocando ruidos y altercados. Estos viajes han usado la playa como macrodiscoteca, a veces se han juntado 2.000 o 3.000 personas, dejando la playa como un auténtico vertedero. Como consecuencia, la policía ha cerrado la playa, los botellones se han repartido hacia otras zonas del núcleo como el Aquacity y el polideportivo.

¿Qué valoración hacéis desde la asociación del éxito de vuestras reivindicaciones?
—Aunque no nos presten mucha atención desde el Consistorio, hemos evitado el cierre de las piscinas de s'Arenal. También hemos logrado que se frenara la obligatoriedad de contadores individuales; evitamos el cierre del carnaval de la Playa de Palma, y lo que más destacría es que desde la asociación hemos podido dar visibilidad del deterioro y de la inseguridad de la zona ante los medios de comunicación.

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