Cooperativas y empresas de transformación ya lo advertían desde hace meses. Ahora se han cumplido los peores presagios. La burbuja ha estallado. La demanda del garrofín ha caído en picado debido a los elevados precios llegando, en la última campaña, a máximos históricos de más de 2 euros el kilo de algarroba. La empresa Carob, fabrica y distribuye goma de garrofín. Su gerente Marga Sureda explicó a este periódico que «nosotros ya habíamos dicho que los precios no eran sostenibles. El año pasado se llegó a pagar el garrofín a 29 euros.
Ahora la demanda ha bajado y estamos preocupados pero esperamos que haya una recuperación». En el mismo sentido opinó Jaume Pocoví, ramader de Marratxí. «Nosotros cultivamos algarroba. El año pasado fue excepcionalmente bueno llegando a precios nunca vistos». Recordó que ya pasó en una ocasión hace 40 años. Considera que pagar a 2 euros la algarroba es demasiado. «Ahora no hay demanda de garrofín, se ha sacrificado el mercado porque ante los elevados precios se han buscado otras alternativas a la goma de algarroba».
Producto excelente
El sector pide una estabilización de los precios para salvar el producto. Así Pocoví comentó que «lo ideal sería entre 70 y 80 céntimos para poder trabajar en condiciones y que el mercado siga caminando». Lo mismo opina la gerente de Carob. «La algarroba ha de costar menos de un euro y el garrofín entre 5 y 7. Necesitamos una estabilización. El cliente ha disminuido porque ante los precios elevados se ha buscado alternativas como el agar agar. Hemos dado a conocer la goma que es un producto excelente y queremos dar valor a la algarroba de Mallorca, que no desaparezca y la gente no deje de cogerla». La industria agroalimentaria es la principal compradora de garrofín aunque también se aplica en cosmética y farmacia.