Mallorca estalla con Sant Antoni y el fuego se apodera de la Isla. Aunque solo en una treintena de localidades es festivo este martes, las ganas de diversión han hecho que la gente se vuelque en la revetla, la más esperada tras varios años canceladas por la pandemia de coronavirus. Y ha quedado demostrado por la gran afluencia de público a todos los actos organizados durante todo el día. Dimonis, dimoniès y foguerons están siendo protagonistas de la revetla más esperada.
En Sa Pobla, la acción tras las Completas se ha trasladado de nuevo a la plaza Major, donde los dimonis de la Obreria y luego las colles de caparrots y caparrots minyons han ofrecido sus bailes al público. El Piromusical se ha celebrado tras varias horas de incertidumbre debido al viento, volviendo a enfrentar al Dimoni con Sant Antoni en una coreografía de luces, sonidos y colores que ha durado 15 minutos, el espectáculo pirotécnico más largo que se ha celebrado en sa Pobla. Después será el momento de torrar en los foguerons. Otro centro de atención ha sido la plaza Alexandre Ballester, donde el Col·lectiu Sa Negreta volvió a organizar el fogueró y la glosada popular; una propuesta que pretende recuperar el espíritu más auténtico de la fiesta poblera, cerca del fuego y con las glosas como protagonistas.
Muro disfruta de su ‘revetla' de Sant Antoni con todos sus elementos clásicos: foguerons, baile de dimonis y Sant Antoni, correfoc de los Dimonis de sa Pedra con sus irónicos versots, y conciertos. Tras dos años con los actos multitudinarios suprimidos por la pandemia, murers y visitantes se adueñaron de la calle para disfrutar como nunca de la fiesta más popular de la Part Forana mallorquina. La jarana de los dimonis y sus colles invitadas solo han dado el pistoletazo de salida a la fiesta. La velada continúa con conciertos en vivo. Primero con la música tradicional de Revetla d'Algebelí y el debut de Sedaç, el nuevo grupo de Germans Martorell, después Xanguito y su vibrante ska para todos los públicos en la Plaça de Sant Martí.
En resumidas cuentas, una fiesta tan esperada como bulliciosa. Tradición, solemnidad y un ambiente caldeado, a pesar de la bajada de las temperaturas al grito de ¡Visca Sant Antoni! Olor a torrada, a diversión y bullicio. La noche mágica de Sant Antoni vuelve a ser como las de antes.