La batalla que Inca se ha propuesto contra el conocido como turismo de basura ha comenzado con una prueba piloto en la que se han levantado 71 actas por infracciones de las ordenanzas municipales y de la Llei de Residus en diez puntos vigilados por la Policía Local. Se llama turismo de basura a la actividad que realizan vecinos de municipios cercanos que se desplazan a otra localidad a depositar sus residuos, en muchos casos para evitar la recogida puerta a puerta de su pueblo o simplemente por comodidad.
La Policía Local y el Ajuntament d'Inca coordinaron un dispositivo de vigilancias para esta primera prueba piloto. Se desarrolló del 29 al 30 de septiembre así como el 1 y 2 de octubre. Se eligieron una serie de puntos críticos en los que se registran muchos casos de bolsas de basura fuera de los contenedores y que son de paso para muchos vehículos que llegan a Inca. En la calle Mandrava se inspeccionaron tres ubicaciones y otras dos en la calle Jaume I. Las otras zonas fueron las calles Tomir, Tren, Fra Juníper Serra, Benhabet y la plaza de la Font Vella. Los horarios de las vigilancias a través de agentes y con la ayuda de drones fueron de las 7 hasta las 19 horas.
Resultados
En cinco días se levantaron 71 actas relacionadas con cuatro puntos de las ordenanzas municipales y con la Llei de Residus, concretamente en el punto seis del artículo 77 donde se sanciona «el depósito de residuos en contenedores ajenos a los del término municipal propio, siempre que el municipio receptor no tenga el mismo sistema de recogida». Las otras actas se levantaron por depositar residuos fuera de los horarios establecidos por cada tipo de contenedor y por dejarlos en la vía pública. Aunque esta ha sido una primera prueba piloto, «la patrulla medioambiental de la Policía Local de Inca lleva ya tres años haciendo un seguimiento periódico de este tipo de comportamientos incívicos, la mayoría de las veces por parte de ciudadanos que no residen en Inca», explica la regidora de Serveis, María del Carmen Oses.
Aún así «la intención es seguir realizando este tipo de dispositivos especiales a partir de ahora para evitar este desagravio que se produce para los inquers e inqueres, que en los últimos años realizan un esfuerzo muy importante para adaptarse al nuevo sistema de recogida y contribuyen a mejorar las cifras de reciclaje en la ciudad y ven muy injusto lo que hacen algunos vecinos de municipios cercanos con estas malas prácticas». Para demostrar que el turismo de basura es un problema serio en la capital del Raiguer, en los registros de recogida de residuos de los días en los que se realizó la prueba piloto figuran dos toneladas menos de basura en comparación a las mismas jornadas de la semana anterior. Los servicios jurídicos del Ajuntament d'Inca han recibido las 71 actas levantadas por la Policía Local y ahora se impondrán las sanciones pertinentes. Los hechos denunciados suponen una sanción leve y las multas pueden ir de los 150 a los 300 euros.
Gracias al uso de los drones se ha podido realizar una vigilancia preventiva y detectar como muchos conductores paraban su coche frente a los contenedores para depositar las bolsas de basura, en ocasiones en la misma vía pública. Cabe recordar que el mes pasado el Ajuntament d'Inca desarticuló una trama empresarial que se dedicaba a ofrecer servicios de recogida de escombros sin la licencia necesaria y vertiéndolos luego en lugares no autorizados. En total se impusieron multas a tres personas de hasta 100.000 euros. Los hechos se remontan al pasado 24 de agosto cuando los vecinos del Camí de Can Boqueta denunciaron el vertido de una gran cantidad de escombros en la vía. La policía obtuvo indicios sobre de donde podían proceder los restos de obra. Al preguntarle al promotor de dicha obra en Inca, este reconoció que había contactado con una persona que se anunciaba a través de Facebook y que se encargaba de recoger los restos de obra por un coste de 450 euros.
Punto de vista
Los incívicos no paran
Maria NadalLos actos incívicos se repiten en todos los pueblos. No hay ni uno que se salve. Desde los consistorios se intenta poner fin a las malas praxis, pero no es tarea fácil. En Manacor ya se han puesto varias multas de hasta 750 euros a los infractores, pero aún así algunas zonas de contenedores parecen puntos verdes. En los municipios del Pla, al no haber contenedores, los trastos se acumulan en el suelo rústico. Quizás lo que es necesario es un cambio de mentalidad porque tener el entorno limpio es cosa de todos.