La organización del rallye que se celebrará el próximo sábado y que pasa por los municipios de Bunyola, Alaró, Lloseta y Selva para terminar en la carretera de Caimari a Lluc anunciaron ayer que reducirán el tiempo de cierre de dicha carretera de seis a tres horas. Así se indicó durante la reunión que se celebró ayer al mediodía en el despacho del conseller de Carreteras, Iván Sevillano, con los alcaldes de los pueblos afectados, técnicos del Consell y la organización después de que Joan Rotger (Selva) y Antoni Solivellas (Escorca) mostraran su malestar por la falta de consenso a la hora de organizar la actividad deportiva.
Durante el encuentro de ayer, los responsables políticos de Bunyola, Lloseta y Alaró no se opusieron a la carrera de coches, pero tanto Rotger como Solivellas reiteraron sus quejas que se centran en que el cierre de la carretera a Lluc provoca perjuicios económicos a los comercios del Santuario y que la prueba causa muchas molestias a los vecinos de Selva.
Debido al poco tiempo que falta para la celebración del evento deportivo, se decidió ayer no suspender la prueba aunque el conseller Iván Sevillano anunció a los presentes que les convocará a una próxima reunión «para evitar que se repitan estos problemas e intentar consensuar las medidas de seguridad a aplicar durante las carreras», según explicó Joan Rotger, que insistió en que «para poder dar el visto bueno a este tipo de pruebas se debería tener la garantía de que la red viaria está en perfectas condiciones y en el caso del camino viejo de Selva no es así». De hecho, el mal estado de la vía fue una de las razones por las que el Ajuntament de Selva informó en contra de la carrera del sábado.