Consell, Govern, Ajuntament de Pollença y DGT han constatado este martes 4 de octubre el fracaso de la campaña de restricciones de acceso a la península de Formentor este verano. Las administraciones se han reunido por primera vez tras finalizar la vigencia de la medida que se aplica del 15 de junio al 15 de septiembre, para hacer balance y decidir si las restricciones se mantienen o amplían en 2023. El primer verano con el acceso restringido hasta la noche se cierra con récord de autorizaciones tramitadas y usuarios del bus público lanzadera, pero también con récord de multas (más de 50.000). La campaña no ha sido capaz de acabar con los atascos permanentes entre el Port de Pollença y la playa de Formentor.
Si en algo coinciden el Govern y el Ajuntament de Pollença es en la conveniencia de instalar sistemas automatizados de control de acceso si se quieren mantener las restricciones en 2023. «Hoy hemos hecho básicamente un balance de datos, aún es pronto para decir si se instalarán o no barreras automatizadas el próximo verano porque la DGT está mirando las posibilidades técnicas de hacerlo. Somos conscientes de que es complicado porque Tráfico tiene sus propias casuísticas y ha de contratar. Nos reuniremos en dos o tres semanas para ver la viabilidad y poner sobre la mesa todas las propuestas», ha explicado la regidora de Medi Ambient del Ajuntament de Pollença, Maria Buades.
Buades es de la opinión de que esta vez «no ha faltado información, los ciudadanos y los rent a car estaban informados de las restricciones, lo que ocurre es que no se respetan». Las restricciones estivales de acceso a los vehículos privados a motor por la carretera de Formentor arrancaron como un plan piloto la legislatura pasada. El primer año se cerraba la carretera de 10 a 19 horas, solo entre la playa de Formentor y el faro de Formentor pero esta medida provocó un efecto rebote incrementando el caos en el tramo de la carretera no regulado (entre el Port de Pollença y la playa). Vista la situación las administraciones acordaron por primera vez en 2021 ampliar las restricciones a toda la carretera (desde el Port de Pollença hasta el faro de Formentor) con dos sistemas diferenciados de regulación y de autorizaciones. Los atascos se trasladaron entonces al atardecer.
En el verano de 2022 por primera vez las restricciones (en toda la península de Formentor) se han alargado hasta las 22.30 horas y también se ha ampliado el servicio de bus lanzadera. Los atascos entre el Port de Pollença y la playa han sido constantes en el horario restringido y la nueva moda es ir a ver amanecer. Todas las posibilidades están ahora sobre la mesa, desde ampliar un mes la vigencia de la medida (que empezaría el 1 de junio y acabaría el 30 de septiembre) hasta su eliminación. El acuerdo entre administraciones deberá cerrarse antes de que finalice el año para que pueda entrar en vigor con el suficiente respaldo legal al inicio del próximo verano.