Este jueves 15 se septiembre finaliza la campaña de restricciones de acceso a Formentor que arrancó el 23 de junio (ocho días después de lo habitualmente previsto) con el lema Cuida Formentor, dona-li un descans. Desde esta noche se podrá circular libremente por la carretera sin riesgo a ser multado. Con las restricciones desaparece también el servicio público de autobuses lanzadera. La principal novedad de este verano (la ampliación del horario de restricciones de circulación hasta las 22.30 horas) no ha evitado que se repitan las imágenes de caos en esta carretera sin salida de la Serra de Tramuntana.
Taxistas, chóferes del TIB y rent a car, son algunos de los colectivos que han pedido a las autoridades que revisen la medida e instalen barreras automáticas en el inicio del tramo restringido la próxima temporada. El Ajuntament, el Consell, el Govern y la Dirección General de Tráfico (DGT) iniciarán a partir de ahora una nueva ronda de reuniones para consensuar las medidas para la temporada 2023. Para que las medidas acordadas sean de aplicación a partir del 15 de junio de 2023 debe alcanzarse un acuerdo a más tardar en el mes de diciembre. Habitualmente todas las restricciones de tráfico que afectan a carreteras del territorio nacional salen publicadas en el BOE en el mes de enero dando así margen suficiente a resolver las posibles alegaciones que se puedan presentar.
Este verano se han mantenido dos niveles de restricción diferentes que prohíben la circulación entre las 10 y las 22.30 horas por la Península de Formentor. Entre el Port de Pollença y la playa de Formentor han podido circular los taxis y VTC (sin necesidad de solicitar autorización previa) y los autocares, residentes y trabajadores del tramo, previa autorización. En el segundo nivel de restricción, entre la playa y el faro, solo se ha permitido el acceso en el bus lanzadera del TIB, a pie o en bicicleta.
La DGT ha implementado por primera vez una aplicación móvil para tramitar las autorizaciones de acceso. Aunque aún no hay un balance completo de datos, sabemos que a mediados de agosto Tráfico había abierto expedientes sancionadores a más de 27.000 conductores por circular por la carretera sin autorización. Aunque la mayoría de ellos circulaban entre el Port de Pollença y la playa, donde habrían evitado la multa enviando a la DGT (en los tres días hábiles posteriores a su visita) una foto del ticket del aparcamiento o de consumición en los restaurantes o chiringuitos de Formentor, casi ninguno lo hizo. Tanto es así que las empresas más pequeñas de rent a car denuncian que se han visto desbordadas por el aluvión de multas a sus vehículos.
Taxistas y chóferes de los autobuses del TIB han avisado de que se han producido atascos de más de tres horas, con el consiguiente riesgo para la circulación. Este hecho ha provocado además constantes incumplimientos en los horarios de los autobuses públicos que son la alternativa más económica y sostenible para acceder a la Península. El teniente de alcalde y regidor de Urbanismo de Pollença, Tomeu Cifre, plantea que «para la temporada próxima con la cantidad de dinero recaudado con las multas se puede invertir en poner más información, barreras automáticas y rebajar el coste del transporte público».
«La regulación es un tema al que desde el ayuntamiento no nos oponemos, pero el problema es que no hay suficiente información y el resultado son miles de multas y un colapso en la entrada de Formentor. Pedimos un sistema automatizado que a partir de un número determinado de coches (según la capacidad de carga) no se pueda entrar más. Los letreros son insuficientes, no quedan claros y cargan sobre los restaurantes y el párking la responsabilidad de la justificación. Es verdad que se ha incrementado el transporte público, pero no ha sido suficiente para paliar el caos. Julio y agosto han sido caóticos, este mes de septiembre no tanto.