Desmadre en Formentor. Los taxistas de Pollença denuncian que este viernes hay una espera media de tres horas para acceder a la playa desde el Puerto. «No nos plantamos porque sabemos que no podemos dejar a la gente colgada y no dar el servicio, pero la situación ya es completamente insostenible. Estamos desesperados y así se lo hemos hecho saber a la Guardia Civil y a la Policía Local, pero nadie pone solución», dice Emilio Gómez, uno de los taxistas afectados. Piden al Consell, al Govern, al Ajuntament y a la DGT que refuercen la información en el inicio del tramo de circulación restringida (en el acceso a la carretera desde el Puerto) para evitar que miles de vehículos privados sigan saturando la carretera. «He tenido que dejar a un cliente que vive en la urbanización Formentor a 2,5 kilómetros del aparcamiento», dice Gómez.
Cabe recordar que este verano las restricciones de circulación en la carretera se han ampliado hasta las 22.30 horas, para evitar la masificación al atardecer, pero vivimos un año de récord de visitantes y el efecto llamada de Formentor es ya innegable. Las administraciones acordaron a finales de enero nuevas restricciones a la circulación por la Península de Formentor para el verano de 2022. Se establecen dos tramos por los que entre el 15 de junio y el 15 de septiembre de 10 a 22.30 horas queda restringida la circulación de vehículos privados a motor.
En el primer tramo de la carretera (entre el puerto y la playa) pueden circular además de los autobuses lanzadera del TIB, los taxis, autocares y VTC. También pueden circular los turismos autorizados por la DGT por ser de residentes que viven en la zona restringida. Se establece además una salvedad que permite a los visitantes evitar la multa de 80 euros si en los tres días posteriores a su visita envían a la DGT una fotografía de un ticket del aparcamiento de Formentor o un ticket de consumo en alguna de las terrazas, restaurantes o chiringuitos junto con una foto de la matrícula de su coche y sus datos personales. Sobra decir que el coste del aparcamiento o de las consumiciones es muy superior al del billete del autobús del TIB (3 euros el billete sencillo). En el inicio de este tramo restringido no hay barreras por lo que son muchos los conductores (especialmente de vehículos de alquiler) que se saltan la norma por desconocimiento.
Todo el tramo está vigilado por lectores de matrículas y solo en el mes de julio se abrieron 11.000 expedientes de infracción a conductores. «El problema es que no hay ni barrera ni información en el inicio de la carretera que explique a los turistas que no pueden subir y por mucho que haya un cartelito pequeño, ellos no lo entienden», explican los taxistas. El Ajuntament de Pollença lleva tiempo advirtiendo también al resto de administraciones de la «insuficiente información» y de sus efectos. Sí hay una barrera en el inicio del segundo tramo restringido (entre el aparcamiento de la playa y el faro) que es el de máxima protección. Por allí solo pueden circular de 10 a 22.30 horas los autobuses lanzadera del TIB y las personas que vivan en el tramo. La multa por saltarse la norma en este tramo asciende a 200 euros.