La Asociación Memoria de Mallorca ha reclamado la protección y la conservación del Fortí de Illetes (Calvià) el único centro de represión, detención y fusilamiento en la isla que todavía conserva sus edificios, dependencias carcelarias y su fisonomía interior y exterior. La entidad ha destacado en un comunicado el valor del conjunto de esta construcción y su entorno, que fue testimonio directo de la historia de Mallorca y que «ha sufrido el silencio forzado durante décadas, con una historia que es necesaria recuperar como parte del Patrimonio».
El Fortí de Illetes está situado en el municipio de Calvià y, durante la época de la represión, la familia Truyols-Delgado lo cedió al Ejército. Fue así hasta 2003, cuando rescindió el contrato y este recinto fue vendido a una empresa de construcción británica. Desde su venta, este espacio está «totalmente abandonado», han alertado desde la asociación, que han pedido que se actúe «con rapidez» para evitar que siga su degradación. «La actual propiedad no respeta su obligación del mantenimiento ni tampoco su obligación de abrirlo al público tal y como marca de la ley», han apuntado. En esta línea, desde la Asociación Memoria de Mallorca han abogado por proteger el Fortí de Illetes también como reconocimiento y homenaje a las personas que allí sufrieron la represión fascista.
Representantes de Memoria de Mallorca hace más de dos años que se reúnen con miembros del Ayuntamiento de Calvià, el Govern balear, el Consell de Mallorca y el Gobierno estatal para exigir que se proteja el Fortí de Illetes. En concreto, la asociación ha solicitado al Ayuntamiento su colaboración y conformidad con la inscripción en el Catálogo de Espacios e Itinerarios de Memoria y Reconocimiento Democráticos de Baleares, así como también con la señalización con placas explicativas del significado memorialista. La entidad ha solicitado al Consell de Mallorca una inspección oficial del Fortí, una revisión del expediente de declaración de Bien de Interés Cultural del lugar, la apertura de un expediente sancionador según los resultados de la inspección y el seguimiento de los procedimientos necesarios hasta conseguir los resultados que regula la Ley de Patrimonio Histórico por los Bienes declarados de Interés Cultural, entre otras cuestiones. Al Govern se le ha exigido la catalogación del Fortí de Illetes como un Espacio de la Memoria, la señalización con placas explicativas del significado de este recinto, en cumplimiento a la ley autonómica de Reconocimiento y Memoria Democrática, y que inste al Gobierno a incluir este espacio en el catálogo estatal de Centros de Memoria y lo declare oficialmente como principal Centro de Memoria de Baleares.
Cabe recordar que se trata de un espacio que está catalogado por el Consell de Mallorca como Bien de Interés Cultural (BIC), y por tanto regulado por la Ley de Patrimonio Histórico de Baleares, según la cual los propietarios tienen el deber de conservar, mantener y custodiar la construcción, con el fin de que se salvaguarden sus valores. Por otra parte, la Ley de Memoria y Reconocimiento Democrático de Baleares regula la catalogación de los lugares o espacios de memoria y cita que tendrán consideración de Espacios de Memoria y Reconocimiento Democráticos de Baleares aquellos espacios, inmuebles o parajes de su territorio que revelan interés para la comunidad autónoma. La normativa dictamina que la inscripción de un espacio o itinerario de Memoria y Reconocimiento Democráticos en el Catálogo de Espacios e Itinerarios de Memoria y Reconocimiento Democráticos de las islas supondrá un reconocimiento singular y la aplicación del régimen general de protección establecido en esta ley. Asimismo, desde la Memoria de Mallorca han manifestado que la la nueva Ley Estatal de Memoria Democrática prevé la elaboración de catálogo de espacios de memoria y la declaración como tales de aquellos que, como el Fortí de Illetes, en cada comunidad autónoma, tengan especial relevancia documentada y testimonial de la represión franquista. Además, la asociación ha sugerido que las visitas escolares a este espacio se tendrían que incluir en el currículo educativo y en las actividades que programan durante el curso escolar los centros de educación, como sucede en Alemania, donde los estudiantes visitan los campos de concentración nazis.