El derribo del monumento de la época franquista de la plaza de la Mediterrània de Inca comenzó a hacerse efectivo ayer con la retirada del escudo y la demolición de la pared de piedra que conformaba la estructura. Los operarios ataron el escudo para trasladarlo en breve al claustro de Sant Domingo, donde será inspeccionado por la arqueóloga Magdalena Sastre y la restauradora Emmanuelle Gloaguen, antes de preservarlo.
Las piedras del muro se retirarán para llevarlas a la escuela de margers del Serral de les Monges mientras que los bordillos de la base serán utilizados por la brigada municipal para reponer aceras en las calles de la ciudad. La regidora de Memòria Histórica, Alice Weber (Més), explicó ayer que «el Consell Municipal de Cultura y la comisión científica de las Jornades d'Estudis Locals decidirán el futuro del espacio donde hasta ahora ha estado el monumento.
También notificaremos la retirada a la Secretaria Autonòmica de Memòria Democràtica, para que se actualice el censo de símbolos y menciones franquistas de la ciudad». Inca es, con 25 y junto a Palma, el municipio de Balears con más vestigios de la época franquista.