Marga Rigo se incorporó al negocio familiar tras acabar su etapa formativa. Le veía futuro a la empresa. Ya son 49 los años que Calzados Inka atesora en el corazón de Magaluf, con una tienda a los pies de la calle Punta Ballena y otra en La Vila.
¿Cómo han pasado los dos últimos años?
— Han sido muy difíciles, con mucha incertidumbre. Más en nuestro negocio, que tenemos que comprar con más de seis meses de antelación. Y ahora, casi con nueve, porque sino no llegan los pedidos. En España se hace mucho zapato, pero los fabricantes dependen de la materia prima que traen de otros países y no llega nada.
Ya les afecta la crisis mundial de suministros.
— Nos afectará. Sobre todo en cuanto al calzado deportivo que no se fabrica aquí. He adelantado pedidos de manera urgente y reclamado que me envíen todo lo que tengan para tenerlo para la temporada. Y de hecho, hace un mes ya hice pedidos para el invierno que viene.
Mantienen su apuesta por el calzado español.
— Sí, mucho. Pero aunque se fabrique en España, la materia prima mucha viene de fuera, de países asiáticos.
¿A qué retos se enfrenta la empresa?
— Ahora mismo nuestro reto es poder pagar todo, no tener deudas y vivir. Desde hace dos años, debido a la falta de turismo, porque en Mallorca vivimos todos directa o indirectamente de esto, nos cuesta mucho. Poco a poco y con buena letra.
Han digitalizado el negocio.
— Nuestros clientes están respondiendo muy bien. Hacemos envíos, pero sobre todo la gente viene a la tienda a recoger los pedidos. Muchas personas miran nuestros productos por la página web, nos llaman, vienen, se lo prueban y se lo llevan. Y así mejor, porque ven otras cosas. Ayuda mucho.
¿El comercio online les hace daño?
— Muchísimo. Hay una guerra de precios y continuamente surgen competidores a la baja. Hay gente que vende online productos que no son de calidad. Si yo vendo algo, quiero que sea bueno y no engañar a la gente. Por eso nos servimos de todas las casas españolas: nos diferenciamos ofreciendo calidad.
¿Cuál es el estado de salud de la empresa?
— Abrir la segunda tienda en el Centro Comercial La Vila nos ha salvado. Estando a 200 metros de la otra, en Punta Ballena, no tiene nada que ver el tipo de turista que llega. Ahora en temporada baja vivimos de los residentes.
¿Han notado un cambio en el turismo de Magaluf?
— Es una pena, pero no. Seguimos igual. Estas dos últimas temporadas, ha venido poco turismo y el que ha venido ha seguido siendo el mismo perfil que no nos conviene a los negocios locales. No me gusta la palabra, pero es turismo de borrachera y no nos es rentable. Con el todo incluido no salen del hotel. No lo entiendo. Viajan con la mentalidad de no visitar el lugar al que van.
¿Qué porcentaje representan los ingresos del verano?
— Un 70 %. Es mucho.
¿Cómo se presenta la temporada de este año?
— Todo el mundo está muy ilusionado y confiado de que irá muy bien. No queda otra. Ahora ya empieza a abrir algún hotel con el Imserso y eso siempre es bueno. Si viene gente, hay trabajo, la gente está más contenta y ganamos todos. Es una rueda. Tenemos que ser positivos y pasar esta etapa. Creo que el virus ha venido para quedarse y ya no debemos tener miedo de que pase una cosa u otra.
Es optimista.
— Tenemos que serlo. De pesimista, nada. Siempre hacia delante y buscando cosas y productos nuevos que podamos ofrecer a nuestros clientes. Apostamos por la calidad y por el producto hecho en España. Nuestro fuerte es el calzado, pero también hemos añadido ropa y complementos. El zapato es algo que has de llevar todo el día y de él depende todo tu cuerpo. Si no es bueno, ni me pensaría ponerme según qué zapato. Nuestros clientes saben que si vienen a nuestra casa encontrarán un producto de calidad, sin engaños y marcando la diferencia con una atención personalizada.
¿Cómo valora la campaña de bonos del Ajuntament de Calvià?
— Nos ha ayudado mucho. Los bonos nos salvan el invierno. Con eso lo digo todo. La gente está respondiendo superbién, está muy entusiasmada porque compramos a la mitad. Así se lo trasladé a los responsables municipales al recibir el premio a mejor decoración navideña.