Inca centrará todos sus esfuerzos en mantener las inversiones previstas para 2021. Este factor es clave para que la administración que dirige Virgilio Moreno consiga reactivar la economía de la ciudad. No obstante también se velará porque la inversión privada siga siendo importante.
En lineas generales, la actuación frente a los nuevos desafíos de la época post COVID-19 comienzan este año a concretarse con un aumento del 12,85 % en los presupuestos, que pasarán de los algo más de 28 millones de euros de 2020 a 31.922.821 euros, una cantidad que desde el Ajuntament se considera idónea para afrontar los retos de la recuperación económica y social.
Las partidas que más se verán aumentadas son las correspondientes a servicios sociales; seguridad; limpieza; fomento de la ocupación y distintas ayudas a empresarios y autónomos. En ese sentido, dos acuerdos por valor de 263.000 euros con el Govern y el Consell se sumarán a 600.000 euros del propio ayuntamiento para destinar un total de 1,5 millones de euros a ayudas a los sectores profesionales más afectados por la crisis, como pueden ser restauradores, comerciantes, autónomos y pequeños empresarios. Esta medida se une a la ya realizada durante 2020 y que repartió 327.000 euros en ayudas directas a esos colectivos.
Estas y otras actuaciones como la derogación de la ordenanza fiscal de la tasa de ocupación de la vía pública de mesas y sillas, o la reducción del recibo del servicio de basuras de negocios afectados por las restricciones, se recogen en el plan ‘Reiniciam Inca', que durante 2021 tratará de frenar los estragos de la pandemia en la economía inquera.
Obra pública
La obra pública será otro de los pilares de esta recuperación. En la realización de algunas grandes mejoras en la ciudad se confía el mantenimiento de una buena parte del tejido productivo y la mejora del potencial comercial de las zonas donde se ubican, una vez terminadas.
En mayo se verá por fin finalizada la reforma de la Plaça Mallorca, una de las principales actuaciones de la administración de Moreno. El emblemático Teatre Principal d'Inca podría abrir sus puertas hacia el otoño, dotando a la población de una gran infraestructura cultural que será referente en la comarca.
Las obras de la Plaça des Mercat, otra de las asignaturas pendientes del urbanismo, se iniciarán previsiblemente durante el verano y tendrán una duración de seis meses. A estas se añade directamente la reforma de la cercana calle Ferrilla, que contribuirá a dinamizar y conectar el casco antiguo.
Mejoras en el Parque Europa, en el que ya se trabajó durante el año pasado, y en diferentes zonas deportivas contribuirán a dinamizar la vida social de la ciudad. Las dotaciones de servicios serán otro factor importante. Al plan de asfaltado de varias zonas se unirá la mejora de la iluminación de Gran Vía Colón, con una inversión de casi 266.000 euros, o la instalación de una nueva canalización desde el depósito de sa Mina, que mejorará la eficiencia de la red de agua.
«Los vecinos se movilizaron desde el primer momento». Maria Antònia Pons, regidora de Serveis Socials.
El área encabezada por Maria Antònia Pons ha sido clave durante el año de pandemia en la ciudad.
—¿La solidaridad entre vecinos ha sido clave?
—Desde el primer momento los ciudadanos se han movilizado para ofrecer donaciones a las entidades que se dedican a la atención a los necesitados.
—¿Cuál es el principal problema al que se han enfrentado los Servicios Sociales de Inca?
—El aumento de la demanda fue repentino y tuvimos que incrementar todos nuestros recursos para poder dar respuesta a los ciudadanos. Hemos tenido un aumento de unos cuatrocientos expedientes desde marzo, superando así las dos mil familias atendidas. Desde las primeras semanas se reforzó el área aumentando la partida económica, se reforzó el equipo y se creó el Punt de Informació Únic.
—¿Qué debilidades ha puesto de manifiesto esta crisis que se hubieran percibido antes?
—Uno de los principales problemas que han surgido a raíz de la declaración del estado de alarma y el confinamiento, es la falta de ocupación del tiempo libre y de ocio, especialmente entre los más jóvenes y la gente mayor. Las personas mayores han tenido también que hacer frente a la brecha digital, puesto que este último año las nuevas tecnologías han adquirido aún si cabe más protagonismo.
—¿Cuáles son los principales proyectos para los próximos meses?
—Nuestra prioridad es contribuir a la recuperación de la actividad de los centros de Gent Gran y otras entidades. Continuamos con el desarrollo de los proyectos de parentalidad positiva y la iniciativa SOC INCA que promociona la salud física, psicológica y social en menores con dificultades para acceder a actividades de ocio saludable.
«El comercio tiene motivación para empezar de nuevo». Miguel Ángel Cortés, regidor de Economía Local y Turismo.
Como ciudad comercial, la labor del área de Cormerç i Turisme que lidera Miguel Ángel Cortés asumirá gran parte de las políticas de recuperación en esta nueva etapa de la pandemia.
—¿Qué medida de las desarrolladas en sus áreas destacaría?
—Durante estos meses hemos estado al lado de comercios y empresas, acompañándolos y haciendo todo lo que estuviera a nuestro alcance para ayudarlos. Hemos escuchado a todos los colectivos, asociaciones y profesionales del sector. La plataforma de venta online Prop de Tu nos ha ayudado a esto y también a los interesados en la transformación digital.
—¿Quedará el comercio en Inca tocado tras la pandemia?
—Todos los sectores quedarán tocados, pero con ganas y motivación para comenzar de nuevo. En Inca no hemos parado desde el final del confinamiento, al no ser una ciudad turística hemos seguido trabajando, cumpliendo las restricciones y dando el servicio a los clientes. Eso ha hecho que la ciudadanía se vea bien servida por comercios y empresas.
—¿Qué iniciativas turísticas se adoptarán?
—Seguiremos promocionando el Mercat del Dijous, centrándonos en la importancia gastronómica. Haremos excursiones guiadas los jueves de temporada alta; continuaremos con la dinamización tradicional y seguiremos promocionando Centre Comercial a Cel Obert.
—¿Confía en que el turísmo en Inca crezca tras la pandemia?
—El Mercat del Dijous seguirá siendo un gran escaparate para el visitante ocasional a nuestra ciudad. Si a eso le sumamos la oferta gastronómica, la creación de nuevos hoteles de interior, la mejora estética de la ciudad y la puesta en valor de nuestro patrimonio tenemos la combinación ideal.
«Trabajamos con decisión para afrontar la época post COVID». Virgilio Moreno, alcalde de Inca.
El alcalde Virgilio Moreno vive su segunda legislatura al frente de la ciudad centrada en el reto de recuperar económicamente el municipio tras la pandemia.
—¿Es optimista en cuanto a la recuperación de la ciudad?
—Estamos atravesando una situación muy complicada. Toda la actividad comercial y empresarial se ha visto afectada. Aún es difícil evaluar el impacto económico y social que tendrá la pandemia hasta que volvamos a la nueva normalidad, pero estamos convencidos de que la recuperación llegará rápido y con fuerza. Estamos trabajando con decisión para afrontar la época post COVID.
—¿Cuándo podríamos volver a una situación más o menos normal?
—Desde el Ayuntamiento hemos trabajado para ayudar a los comerciantes, restauradores y empresarios del municipio a hacer frente a la situación. Hemos hecho un importante esfuerzo por mantener todas las inversiones y contribuir a reactivar la economía local. Se han realizado y se realizarán inversiones en infraestructuras de vital importancia para nuestra ciudad, que continuarán haciendo de Inca una ciudad polo de atracción para nuevas empresas y entidades. La inversiones más importantes son las obras del Teatro y la Plaza Mallorca, así como el comienzo de las obras de esponjamiento del casco antiguo y la reforma del Mercado Cubierto. Se están produciendo también importantes movimientos en el sector privado. Podemos afirmar que estamos totalmente preparados para hacer frente a la época post Covid con las máximas garantías.
—¿Existe margen del tejido productivo de Inca para la recuperación tras la COVID?
—Se ha producido un cambio de modelo y hemos pasado de ser una ciudad industrial a convertirnos en una ciudad de servicios con una potente oferta de restauración y un atractivo centro comercial a cielo abierto. A pesar de la crisis, la mayoría de comercios de la ciudad han podido mantener la actividad y muchos inversores están interesados en Inca. Pronto se producirán importantes movimientos empresariales, como el primer hotel urbano.
—¿En qué se verá transformada la ciudad tras esta crisis?
—Esta situación nos ha hecho unirnos más sí cabe y sumar esfuerzos para trabajar todos juntos en una misma dirección. Por otra parte, nos ha hecho valorar más las pequeñas cosas y ha despertado la solidaridad de muchas personas, que se han volcado en ayudar a los más vulnerables y han ayudado a que los negocios vecinos pudieran sobrevivir.