Un mes después de que la Associació de Veïns de la Cala Sant Vicenç advirtiera al Ajuntament de Pollença de que la propiedad de Can Franch había colocado una barrera y una rejilla que limitaba el libre acceso a Cala Barques, el alcalde Tomeu Cifre (Tots) ha ordenado la paralización cautelar de las obras que realiza la propiedad, a la espera del resultado de un estudio georreferencial que determine si ha invadido terrenos municipales.
Aunque la mayoría de usuarios de la playa pueden seguir accediendo al mar a través de la escalera (junto al hotel Don Pedro) la barrera impide el paso a las personas con movilidad reducida que usaban históricamente la rampa.
El mismo acceso es el que utilizaba el tractor para el mantenimiento de la playa así como el servicio de socorrismo. «Nos han entregado una copia de la llave para que el Ayuntamiento pueda utilizar el acceso para los trabajos de salvamento y servicios y ahora estudiaremos los documentos que nos han remitido que hablan de la existencia de una servidumbre desde 1938», dice Cifre
El alcalde confirmó este martes que ha ordenado la paralización de las obras porque «intuimos que invaden nuestra propiedad» a la vez que «iniciamos los trámites para expropiar una zona verde que figura en el Plan General de Ordenación Urbana y que nunca se llegó a expropiar».
Según el alcalde las obras «se iniciaron con una comunicación previa pero faltaban los informes de Costas y Carreteras».