El número de contagiados por la COVID–19 en el municipio de Selva crece a marchas agigantadas. Han pasado de siete a 25 positivos en apenas una semana, la mayoría de ellos en la pedanía de Caimari.
Tras reunirse el martes con los responsables de Salut Pública, el alcalde Joan Rotger (PP) pide a sus convecinos «que extremen al máximo las precauciones» y que cumplan con el uso obligatorio de mascarillas, «también en los establecimientos de consumición cuando no se esté comiendo o bebiendo». El lunes el incremento porcentual respecto a la semana pasada era de un 168 por ciento y la cifra ha ido en aumento en la medida en que se ha realizado el seguimiento de los contactos estrechos de los primeros contagiados.
Positivo en la ‘escoleta'
Una de los casos que más alarma despertó inicialmente en el municipio fue el positivo de una de las educadoras de la escoleta de Selva Es Roser.
Inmediatamente se activó el protocolo Educa-Covid. La educadora está en confinamiento domiciliario hasta el lunes y se ha realizado pruebas a los 10 niños y niñas con los que estuvo en el aula. «Todas las pruebas que se han hecho a los niños han dado negativo», dijo ayer el alcalde Joan Rotger.
En estos momentos hay un aula cerrada y una segunda aula funcionando con normalidad.
El Ajuntament de Selva ha desinfectado en profundidad todas las dependencias de la citada escuela infantil.
Respecto a las cifras que ofrece el Govern, Rotger explica que «no se diferencia por núcleos de población, pero sabemos que de los 25 casos oficialmente activos, aproximadamente 15 son de Caimari». La pedanía tienen empadronados 750 residentes.
Ante el aumento de contagiados de la COVID-19 en el municipio el Ajuntament ha extremado las medidas de desinfección y ha realizado un cribado a todos los empleados municipales. Está a la espera de los resultados.