Campos es el municipio mallorquín de más de 10.000 habitantes con el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) más bajo. Mientras la ley fija un tipo mínimo del 0,40 por ciento, el de Campos es del 0,41. Los únicos municipios que lo tienen más bajo, al mínimo del 0,40 por ciento, son Esporles, Deià, Valldemossa, Estellencs, Algaida y Petra, donde la realidad social nada tiene que ver con la de un municipio como Campos.
Municipios de características demográficas similares a las de Campos (algunos incluso con industria hotelera), como Andratx, Son Servera, Capdepera, Santanyí, Santa Margalida, Binissalem, Sant Llorenç o sa Pobla, el tipo de IBI aplicado a los contribuyentes oscila entre el 0,54 y el 0,71 por ciento.
En la comparativa con los municipios de su comarca, el de Campos también sale como el ayuntamiento con el IBI más barato. En Porreres es del 0,58, en ses Salines del 0,44, en Felanitx del 0,47, en Santanyí del 0,68, en Llucmajor del 0,56, y en Montuïri del 0,60. A modo de ejemplo, Santanyí, con una población similar a la de Campos, su ayuntamiento recauda unos 10,5 millones de euros en concepto de IBI, mientras que en Campos, por el mismo concepto, 3,5. Dos tercios menos.
Desde que el PP accedió a la alcaldía en 2011, hasta 2017 el tipo de IBI se rebajó cada año pasando del 0,65 por ciento al actual 0,41 en suelo urbano; y del 0,70 al 0,55 por ciento en rústico. Desde el 2017, el IBI se mantiene en el tipo bajo del 0,41 y, pese la drástica bajada de ingresos que ha experimentado el ayuntamiento debido a los daños provocados por la pandemia en la explotación de las concesiones de chiringuitos y servicios de playa en sa Ràpita, ses Covetes y es Trenc, la alcaldesa Francisca Porquer (PP), no prevé subir el impuesto.