Terraferida ha advertido este miércoles de que el proyecto urbanístico que está tramitando el Ayuntamiento de Santa Maria es «el mayor de la historia reciente» de la localidad y supondría una nueva urbanización de 523 viviendas, que ocuparía 7 hectáreas y con capacidad para más de 2.000 personas.
La entidad ha asegurado en un comunicado que el proyecto de una nueva urbanización de 69.400 metros cuadrados de extensión, que iría de Son Dolç a sa Vileta, entre la carretera de Consell y el camí de Muro, «podría disparar la población en un 30 %, y «transformar el pueblo».
Terraferida lo tilda de «un proyecto del pasado», «totalmente obsoleto e inadecuado a las necesidades y retos de Santa Maria y de Mallorca en 2020». Asegura que fue diseñado en 1988, «en una época expansionista en que los límites al crecimiento no eran tenidos en cuenta, y la emergencia climática o la saturación eran conceptos desconocidos».
Con casi 10 cuarteradas, la urbanización cuyos trámites ha iniciado el consistorio implica la edificación de 411 pisos y 112 chalets y podría acoger «a más de 2.000 nuevos residentes en un núcleo urbano que ahora tiene un censo de 6.000 residentes».
Según Terraferida, la urbanización estará conformada únicamente por viviendas particulares (chalets y pisos) y, según el planeamiento municipal, permitiría el uso turístico en forma de hoteles y apartamentos, pero «no se prevé ni un metro cuadrado de zona verde, ni de equipamientos públicos, ni previsión de viviendas sociales de promoción pública».
«Se trata, con mucha diferencia, del proyecto urbanístico más grande de la historia del núcleo de Santa Maria y el que tendrá un mayor impacto sobre la fisonomía, las dimensiones y la vida del pueblo, que quedará desfigurado», alerta Terraferida, que advierte de que las construcciones previstas «no corresponden a la tipología tradicional de un núcleo de población histórico como Santa Maria».
Según Terraferida, el proyecto acentuará el déficit de infraestructuras y servicios «que ahora ya tiene» la localidad en equipamientos educativos, sanitarios, administrativos, deportivos, socioculturales y en zonas verdes y espacios libres públicos.
Recuerdan que en el núcleo urbano hay sólo 2,8 metros cuadrados por habitante de zona verde o espacio público, «cuando la legislación actual exige 5» y añaden que, con la nueva urbanización la proporción aún bajará más, hasta 2,1.
Terraferida concluye que la nueva urbanización «representa un atentado urbanístico de primera magnitud y además podría ser claramente ilegal», algo que se compromete a estudiar con expertos en derecho urbanístico, con la intención de «hacer todo lo posible para paralizarla».