El cierre parcial de la central térmica de Es Murterar de Alcúdia en enero de 2020 ha provocado un efecto en cadena en una treintena de empresas contratistas y la eliminación de, al menos, 80 puestos de trabajo, buena parte de ellos trabajadores residentes en el municipio y alrededores. A estos hay que sumar una veintena de trabajadores autónomos, principalmente chóferes encargados de la distribución del carbón. Los últimos afectados han sido los empleados del puerto comercial.
Transportes Marítimos de Alcúdia despidió la semana pasada a media docena de trabajadores alegando que no se cumplen los objetivos económicos debido a la caída drástica de las cifras de importación de carbón. Esta empresa rehusó ayer hacer declaraciones sobre el asunto.
Silenciados
La alcaldesa de Alcúdia, Bàrbara Rebassa, alerta de la situación: «En su momento me reuní con los trabajadores de Endesa y sé que les han garantizado de una u otra manera la conservación de sus empleos, pero los que más me preocupan son todas estas empresas subcontratadas y sus empleados de los que nadie habla».
La alcaldesa ha pedido al conseller de Transició Energètica, Juan Pedro Yllanes, que adopte las medidas oportunas para ayudar a solventar esta problemática. «Nos dijo que se preocuparía de buscar fórmulas para reindustrializar la zona a través de las renovables», dice.
Precisamente, Endesa se refirió ayer a esta reconversión del sector. La eléctrica ha salido a la defensa, no ya de sus trabajadores (garantiza que no habrá despidos, sino recolocaciones como consecuencia del cierre de los grupos 1 y 2), sino que también se compromete a formar a su personal propio y al ajeno (el de sus antiguas contratistas) para trabajar en la construcción y gestión de los parques fotovoltaicos que la eléctrica proyecta para el futuro.
En la última subasta se ha adjudicado 78 MW de proyectos a desarrollar en el marco de la transición energética. Endesa apuesta así principalmente por la creación de nuevos parques fotovoltaicos, pero también en la creación de puntos de recarga eléctrica y en las llamadas smart cities (ciudades inteligentes).
La eléctrica garantiza que no despedirá a ninguno de los trabajadores propios empleados en Es Murterar. Cerca de una veintena ya han sido recolocados (4 de ellos de forma voluntaria en la Península) y ahora aborda con los trabajadores la reubicación y formación de unos 44 trabajadores más hasta alcanzar la plantilla óptima de 80 trabajadores que permitirá que la central eléctrica de Alcúdia pueda responder de forma inmediata suministrando electricidad a la Isla en caso de emergencia.
El cierre de Es Murterar arrastra a más de 30 empresas y provoca más de 80 despidos
Elena Ballestero | Alcúdia |