La profunda crisis que atraviesa el PP en Calvià, provocada por la baja de un centenar de afiliados justo antes de Navidad (a las que hay que añadir las registradas en meses anteriores y las que puedan sumarse en las próximas semanas), obliga al partido a cerrar su sede, ubicada en un edificio de despachos en Magaluf. Lugar al que los populares se trasladaron durante la pasada legislatura tras abandonar el ‘cuartel general' que, durante los años de gloria de la formación, ocuparon en Calvià Vila, justo delante de la sede del Ajuntament que, de 2003 a 2015, gobernaron a placer.
Según ha podido saber Ultima Hora, la nueva realidad del PP hace inviable el mantenimiento de la sede de Magaluf, cuyo mantenimiento supone al Partido Popular un gasto fijo de 800 euros mensuales. «Si no dejamos el alquiler de la sede nos arruinaremos», confiesa un edil.
Cada uno de los cinco concejales con los que el PP cuenta hoy en el pleno del Ajuntament de Calvià, aporta cada mes 70 euros de su sueldo para sufragar los gastos del partido. Lo que arroja un montante total de 350 euros. Una cifra insuficiente para cubrir el alquiler y mantenimiento de la sede. Además, la ampliación de este fondo mediante las cuotas de afilición se ha visto gravemente mermada debido a la notable huida de militantes registrada.
Por todo ello, los ediles críticos con la dirección del PP calvianer exigen al presidente de la junta gestora que haga público el estado de las cuentas del partido.