Los análisis de ADN de los restos humanos encontrados en las fosas comunes de Baleares han revelado recientemente las identidades de dos personas asesinadas en 1936, ha informado la dirección general de Memoria Democrática del Govern balear.
Se trata de Miquel Marquet Perelló, natural de Pollença, cuyo cadáver fue encontrado en septiembre de 2018 en la fosa de Marratxí, y Joan Ferrà Ferrà, vecino de Puigpunyent, hallado en la fosa de Calvià en octubre de 2018.
Con estas dos identificaciones se elevan a 21 el número de cuerpos exhumados e identificados por parte del del Govern (18 casos) y de Memoria de Mallorca, junto a la UIB y el Ajuntament de Son Sant Joan (3 casos).
La dirección general de Memoria Democrática, de la Conselleria de Administraciones Públicas y Modernización, tiene previsto entregar a las familias a principios de 2020 los restos de sus familiares en un acto de agradecimiento por su constancia y la lucha que han llevado a cabo.
La consellera de Administraciones Públicas, Isabel Castro, ha querido agradecer a los funcionarios del Govern, al personal de Aranzadi, encargado de las pruebas de ADN, a los ayuntamientos de Calvià y de Marratxí, y también a Memoria de Mallorca y otras entidades memorialísticas, su implicación y colaboración en esta acción de recuperación de la memoria colectiva y dignificación de las víctimas de la guerra civil y la represión franquista.
El secretario autonómico de Memoria Democrática, Jesús Jurado, ha recordado que estas identificaciones forman parte del Plan de Exhumaciones 2018-2019. Actualmente se encuentra en proceso de adjudicación el Plan 2019-2020, que prevé actuaciones en ocho municipios.
Miquel Marquet Perelló nació en Pollença, era socialista y tenía cuatro hijos. Según la familia, estuvo escondido aproximadamente un mes tras el inicio de la guerra, pero los falangistas lo buscaban y amenazaron a la familia: si no se entregaba, detendrían a su mujer, por lo que finalmente se presentó a las nuevas autoridades. Estuvo unos días detenido en Pollença hasta que lo trasladaron con otros dos hombres a Palma, a la prisión de Can Mir, a la que nunca llegó. A partir de ahí la familia le perdió la pista, pero un conocido les informó días después que había sido tiroteado y que su cadáver estaba en la fosa de Marratxí.
Joan Ferrà Ferrà era natural de Puigpunyent, vivía en Galilea, estaba casado y tenía dos hijos. Era jornalero de profesión y contaba con 36 años cuando el 16 de agosto de 1936 fue detenido por un grupo de falangistas de Calvià y Andratx, que lo trasladaron inicialmente, con otros tres arrestados, a Palma, pero en realidad el camión se dirigió a Calvià. Ferrà fue abatido en el camino en la madrugada del 23 de agosto de 1936. Su familia nunca dejó de buscarle.